La Escuela Nacional de Bellas Artes de la República Restaurada
La Escuela Nacional de Bellas Artes de la República Restaurada
En 1867 se promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública para el Distrito Federal y la educación superior quedó regulada dentro del sistema de escuelas nacionales, así la Academia adoptó su nuevo nombre: Escuela Nacional de Bellas Artes, aunque a pesar de ello todos los mexicanos seguían refiriéndose a ella como la Academia de San Carlos. En cuanto a la enseñanza, se seguía considerando al dibujo como la base de todas las artes. La historia del México prehispánico se volvió tema importante para los pintores académicos en las décadas de 1860 y 1870, en la tendencia denominada “clasicismo indígena”, representada por José María Obregón, Rodrigo Gutiérrez y Félix Parra. Sin dejar de lado la propuesta influenciada por el romanticismo en la obra de Manuel Ocaranza, la nueva propuesta de arte sacro de José María Ibarrarán y los hermosos paisajes urbanos de Casimiro Castro.
El cambio también se dio a nivel de organización interna, pues se cancelaron definitivamente los estatutos de Carlos III que la habían regido por casi un siglo. El director sería nombrado por el presidente, pero ahora los profesores podían participar en dicha elección, volviéndose un proceso democrático. A la muerte de Juárez, acaecida el 18 de julio de 1872, el poeta y dramaturgo Ramón Isaac Alcaraz permaneció al frente de la institución y conservó el cargo; la era Alcaraz terminó junto con el lerdismo en 1877.
La primera rebelión de los estudiantes de Bellas Artes en la historia nacional tuvo lugar en 1875 en una huelga en la que se clamaba por la enseñanza libre y la emancipación de la ciencia.
En 1867 se promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública para el Distrito Federal y la educación superior quedó regulada dentro del sistema de escuelas nacionales, así la Academia adoptó su nuevo nombre: Escuela Nacional de Bellas Artes, aunque a pesar de ello todos los mexicanos seguían refiriéndose a ella como la Academia de San Carlos. En cuanto a la enseñanza, se seguía considerando al dibujo como la base de todas las artes. La historia del México prehispánico se volvió tema importante para los pintores académicos en las décadas de 1860 y 1870, en la tendencia denominada “clasicismo indígena”, representada por José María Obregón, Rodrigo Gutiérrez y Félix Parra. Sin dejar de lado la propuesta influenciada por el romanticismo en la obra de Manuel Ocaranza, la nueva propuesta de arte sacro de José María Ibarrarán y los hermosos paisajes urbanos de Casimiro Castro.
El cambio también se dio a nivel de organización interna, pues se cancelaron definitivamente los estatutos de Carlos III que la habían regido por casi un siglo. El director sería nombrado por el presidente, pero ahora los profesores podían participar en dicha elección, volviéndose un proceso democrático. A la muerte de Juárez, acaecida el 18 de julio de 1872, el poeta y dramaturgo Ramón Isaac Alcaraz permaneció al frente de la institución y conservó el cargo; la era Alcaraz terminó junto con el lerdismo en 1877.
La primera rebelión de los estudiantes de Bellas Artes en la historia nacional tuvo lugar en 1875 en una huelga en la que se clamaba por la enseñanza libre y la emancipación de la ciencia.