Independencia, la efímera Academia Imperial de
Iturbide
Independencia, la efímera Academia Imperial de
Iturbide
Consumada la Independencia en 1821 se
suspendió la financiación de la Corona española y habría quedado en la orfandad si sus
autoridades no hubieran pedido ayuda económica a los primeros gobiernos
independentistas. La inestabilidad política sumió a la Academia una vez más en una
crisis financiera de la cual no logró salir avante, por ello debió cerrar sus puertas
para el ciclo que debía iniciar el 7 de enero de 1822. No obstante, Agustín de Iturbide
(coronado como emperador el 21 de junio del mismo año) solicitó ayuda al Ayuntamiento de
la Ciudad de México y a los tribunales de Minería y del consulado; el obispo de Puebla
también colaboró, y se ocuparon las “dietas” de diputados que habían dejado de serlo.
Iturbide fue sujeto de pinturas y litografías creadas por estudiantes y profesores de
San Carlos.
Con el Plan
de Casa Mata y la rebelión de Antonio López de Santa Anna, Iturbide
abdicó el 20 de marzo de 1823. Al año siguiente, la desesperada
situación económica de San Carlos tocó fondo cuando el 8 de enero de
1824 el Supremo Poder Ejecutivo por conducto de Lucas Alamán, entonces
secretario de Relaciones, sugirió que sólo quedara como Academia de
Dibujo, las autoridades en turno la defendieron: “quizá sería menos
bochornoso que la Academia continuara cerrada como hasta ahora, que
reducirla a una simple escuela de dibujo”; estas palabras de Mendívil
parecieron funcionar y se decidió destinar un presupuesto fijo.
Felizmente se reabrieron sus puertas el 20 de febrero de 1824 y
volvieron a las aulas 177 alumnos: “Hoy se abre la academia de nobles
artes de esta capital cerrada desde el año [18]21. Mucho debe
agradecerse al gobierno que en unos instantes tan críticos haya podido
ocuparse de este asunto…” publicó el periódico El Sol. Aunque
funcionó por varios años, la solución no fue permanente y el 3 abril de
1840 otra crisis casi la llevó a un nuevo cierre debido a la precariedad
de recursos.
Consumada la Independencia en 1821 se
suspendió la financiación de la Corona española y habría quedado en la orfandad si sus
autoridades no hubieran pedido ayuda económica a los primeros gobiernos
independentistas. La inestabilidad política sumió a la Academia una vez más en una
crisis financiera de la cual no logró salir avante, por ello debió cerrar sus puertas
para el ciclo que debía iniciar el 7 de enero de 1822. No obstante, Agustín de Iturbide
(coronado como emperador el 21 de junio del mismo año) solicitó ayuda al Ayuntamiento de
la Ciudad de México y a los tribunales de Minería y del consulado; el obispo de Puebla
también colaboró, y se ocuparon las “dietas” de diputados que habían dejado de serlo.
Iturbide fue sujeto de pinturas y litografías creadas por estudiantes y profesores de
San Carlos.
Con el Plan
de Casa Mata y la rebelión de Antonio López de Santa Anna, Iturbide
abdicó el 20 de marzo de 1823. Al año siguiente, la desesperada
situación económica de San Carlos tocó fondo cuando el 8 de enero de
1824 el Supremo Poder Ejecutivo por conducto de Lucas Alamán, entonces
secretario de Relaciones, sugirió que sólo quedara como Academia de
Dibujo, las autoridades en turno la defendieron: “quizá sería menos
bochornoso que la Academia continuara cerrada como hasta ahora, que
reducirla a una simple escuela de dibujo”; estas palabras de Mendívil
parecieron funcionar y se decidió destinar un presupuesto fijo.
Felizmente se reabrieron sus puertas el 20 de febrero de 1824 y
volvieron a las aulas 177 alumnos: “Hoy se abre la academia de nobles
artes de esta capital cerrada desde el año [18]21. Mucho debe
agradecerse al gobierno que en unos instantes tan críticos haya podido
ocuparse de este asunto…” publicó el periódico El Sol. Aunque
funcionó por varios años, la solución no fue permanente y el 3 abril de
1840 otra crisis casi la llevó a un nuevo cierre debido a la precariedad
de recursos.