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La Reforma

La Guerra de los Tres Años, también conocida como Guerra de Reforma (1858-1861), entre conservadores y liberales provocó una nueva crisis en la Lotería y por ende en la Academia, por ello se pidieron préstamos a J. B. Jecker (prestamistas ingleses afincados en México) con altos intereses y se redujo el sueldo a profesores. Pese a que el gobierno dispuso que todos los fondos de la Lotería se entregaran para el presupuesto de las Escuelas de Bellas Artes y de Agricultura, al establecerse una sola Lotería Nacional para toda la república, el 2 de mayo de 1861, se canceló la llamada “Lotería de San Carlos”. Finalmente, gracias a la promulgación juarista de la Ley de Instrucción Pública, del 22 de diciembre de 1860, primer intento de organizar el sistema educativo del país, se consideró la suma necesaria para el sustento de la Academia, cuya dirección había sido asumida por el pintor Santiago Rebull con carácter provisional. Mientras tanto, los discípulos de los artistas europeos comenzaban a destacar.

En esta época el jurista Bernardo Couto, protector de la Academia y promotor de las artes plásticas, compró la casa con el número 2 del callejón de Dios para expandir la institución. Fue él quien escribió la que se considera la primera Historia de la Academia de San Carlos: Diálogo de la pintura en México, publicada en 1872. Couto fungió como presidente de la Junta de Gobierno hasta su muerte en 1862, y con él finalizó este cargo en la Academia y el director pasó a ser la máxima autoridad.

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La Guerra de los Tres Años, también conocida como Guerra de Reforma (1858-1861), entre conservadores y liberales provocó una nueva crisis en la Lotería y por ende en la Academia, por ello se pidieron préstamos a J. B. Jecker (prestamistas ingleses afincados en México) con altos intereses y se redujo el sueldo a profesores. Pese a que el gobierno dispuso que todos los fondos de la Lotería se entregaran para el presupuesto de las Escuelas de Bellas Artes y de Agricultura, al establecerse una sola Lotería Nacional para toda la república, el 2 de mayo de 1861, se canceló la llamada “Lotería de San Carlos”. Finalmente, gracias a la promulgación juarista de la Ley de Instrucción Pública, del 22 de diciembre de 1860, primer intento de organizar el sistema educativo del país, se consideró la suma necesaria para el sustento de la Academia, cuya dirección había sido asumida por el pintor Santiago Rebull con carácter provisional. Mientras tanto, los discípulos de los artistas europeos comenzaban a destacar.

En esta época el jurista Bernardo Couto, protector de la Academia y promotor de las artes plásticas, compró la casa con el número 2 del callejón de Dios para expandir la institución. Fue él quien escribió la que se considera la primera Historia de la Academia de San Carlos: Diálogo de la pintura en México, publicada en 1872. Couto fungió como presidente de la Junta de Gobierno hasta su muerte en 1862, y con él finalizó este cargo en la Academia y el director pasó a ser la máxima autoridad.

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