Edad Media

El estilo gótico fue de las últimas expresiones pictóricas de la Edad Media; surgió hacia finales del siglo xii, particularmente en Francia, desde donde se extendió a lo largo del territorio europeo. Marcó un cambio en los ámbitos cultural, social y, claro está, artístico. En este sentido, se expandió su uso como adoctrinamiento y transmisión de valores religiosos en los que cobraban importancia temática algunos pasajes de la Biblia. Las imágenes poco a poco se despojaron de las características del periodo bizantino (como los rostros alargados, por ejemplo). Muestra de ellos son los llamados retablos de madera, obras que en las iglesias se sitúan detrás del altar. Aquí mostramos uno de los tres que se conservan en México: el Retablo de la Encarnación de Pere Espallargués.

El concepto

La palabra gótico se utilizó de forma despectiva, ya que los escritores amantes del Renacimiento consideraban que todo aquello que no hacía eco de lo clásico (valores de las antiguas Grecia y Roma) era una fealdad.

Características

Suelen utilizarse los fondos dorados, relacionados a lo divino, un refinamiento exagerado; la forma humana tiende a alargarse en busca de distinción (herencia del periodo bizantino), los personajes carecen de volumen, se presentan un tanto “aplanados” y su gesto es solemne. Las figuras sacras son representadas con suma delicadeza y su colorido se aleja de una representación naturalista, es decir, es compleja y elaborada.