Realismo

A mediados del siglo xix, Francia será la cuna de dos movimientos que simbolizan el final de la era moderna en el arte para dar paso a las nuevas tendencias de las primeras décadas del xx, conocidas como avantgarde o vanguardias. En primer lugar, surgió el realismo en contraposición al romanticismo y su manera de interpretar visualmente el mundo. Como su nombre lo indica, persigue representar la realidad tal como la vemos, sin idealizar como en las tendencias “clásicas” o estilizarla como en el barroco y el rococó, o romantizarla. El realismo como no altera las apariencias en las obras fue criticado por considerársele obsceno o inmoral, justamente porque no la maquilla y la presenta con la crudeza natural de la misma.

El concepto

Como ha sucedido a lo largo de la historia del arte, el rechazo inicial de las nuevas tendencias dio origen al nombre de este estilo, pues el jurado oficial de la Exposición Universal de París no aceptó la pintura El taller del pintor (1855) de Gustave Courbet, en consecuencia, el propio artista inauguró un salón independiente al que llamó “Pabellón del Realismo”.

Características

La recreación de lo tradicional se cambia por los temas costumbristas; los sujetos protagonistas de los retratos son los actores sociales que antes del realismo tenían escasa presencia en las pinturas. Trabajadores urbanos y campesinos serán el motivo visual de un arte por primera vez comprometido con las clases menos favorecidas, y en este sentido dignifica su papel histórico y libera a la pintura del arraigado gusto burgués.