Esta exposición ha sido construida con un criterio curatorial muy específico: pretende acercar a los usuarios a las categorías más destacadas del arte moderno con base en una definición sencilla de cada estilo a través de un escrito muy breve que sintetiza las características de manera contextualizada; todo ello con el fin de sensibilizar y acercar, de la forma más amable posible, al público general en formación que no necesariamente es conocedor, pero que está ávido de información visual que le permita comprender la organización estilística de la historia de la pintura occidental.

La particularidad de esta muestra es que se integra con obras de arte que se preservan en nuestro país y que forman parte de la grandiosa colección permanente del Museo Nacional de San Carlos. Se trata de piezas que desde Memórica deseamos difundir a fin de que lleguen a todos aquellos usuarios que por cuestiones de distancia o movilidad no pueden acceder al museo, pero que tienen todo el derecho de apreciar una colección de arte excepcional, sin duda la mejor en su modalidad, que además es patrimonio visual de México.


Cómo funciona la exposición

A cada estilo corresponde un espacio, como si del museo mismo se tratara. Iniciamos en cada una de ellas con una explicación de la tendencia más información relativa a la historia del concepto y algunos pormenores del mismo por si se desea profundizar. Comenzamos con la sala gótica, ya que figura como la última expresión visual del Medioevo, para abrir paso a los grandes estilos en la pintura de la era moderna: Renacimiento, manierismo, barroco, rococó, neoclásico, romanticismo y, a manera de colofón, culminamos con las propuestas innovadoras del realismo e impresionismo.

Lo anterior bajo el entendido de que en el arte, en tanto ciencia del espíritu, no existen determinismos ni fechas absolutas, pues responde a la expresión humana, a un desarrollo y consolidación de estilos y temáticas, todos ellos en constante movimiento. Con la muestra se comprueba cómo cada uno de ellos surge con fuerza en franca confrontación con el anterior y observamos cómo en sus inicios no sólo no se valoraron, sino que los adjetivos peyorativos que se usaron para describirlos finalmente fueron aceptados y son los nombres con los que trascendieron.

Se decidió conscientemente omitir en los textos el exceso de datos de todas las obras que ilustran cada sala, pues éstos se muestran en su ficha descriptiva cuando se despliega ésta al seleccionarla con un clic.