Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM)
Rebeca Flores
Guillermo Salvador López Rocha
Agradecemos al INEHRM su amable disposición a compartir con Memórica los recursos digitales y textos de la presente exposición. De igual manera a Mediateca/INAH por facilitar los recursos digitales de su acervo.
Delegados de la Convención en el salón; de izquierda a derecha, sentados en la primera fila: Roque González Garza, Antonio Díaz Soto y Gama, Paulino Martínez y Felipe Ángeles. Octubre de 1914. © (39069) Secretaría de Cultura. INAH.Sinafo.FN.México.
“El general Ángeles participó en la Convención sólo durante el mes de octubre de 1914. Después, se puso al frente de sus tropas y dirigió la campaña del noreste de la República en los primeros meses de 1915. Obtuvo brillantes
victorias, pero éstas no sirvieron para alterar el resultado de las decisivas batallas del Bajío, en las cuales Obregón aniquiló a la División del Norte.”
Felipe Arturo Ávila Espinosa, “Felipe Ángeles y la Convención de Aguascalientes”, en Adolfo Gilly (compilador), Felipe Ángeles en la Revolución, México, Era / Conaculta, 2008, p. 75.
Felipe Ángeles, Lucio Blanco, Manuel N. Robles y otras personas antes de salir hacia el estado de Morelos, retrato de grupo. Octubre de 1914. © (662649) Secretaría de Cultura. INAH.Sinafo.FN.México.
“Por estos días [diciembre de 1914], circulaba profusamente en Veracruz una hoja que yo había redactado y hecho imprimir, bajo el título de: ‘Cargos concretos contra Francisco Villa, José María Maytorena y Felipe Ángeles’, cuyo texto se reproduce íntegro
a continuación: […]
”Contra Felipe Ángeles
”Primero. Encontrándose en París, al iniciarse el movimiento libertario de 1910, telegrafió al general Díaz, ofreciéndole sus servicios para combatir al maderismo, calificado por él de bandolerismo.
”Segundo. Durante la decena trágica, haber retirado su artillería, que tenía emplazada frente a la legación inglesa para batir a la Ciudadela, por haber informado al fatídico León de la Barra –que se hallaba refugiado
en la mencionada legación– que había el propósito de deponer al presidente Madero, y que él, Ángeles, era el candidato más viable para sustituirlo.”
Álvaro Obregón, Ocho mil kilómetros en campaña, México, fce, pp. 233-238.
Tropas del general Felipe Ángeles desfilan triunfantes en la Ciudad de México, 6 de diciembre de 1914. © (287513) Secretaría de Cultura. INAH.Sinafo.FN.México.
“Tercero. Haber aceptado en París, una comisión del llamado Gobierno de Huerta, permaneciendo allá algunos meses, y teniendo lugar después de eso su incorporación al Ejército Constitucionalista, lo que demuestra claramente que fue enviado por los científicos,
para sembrar la división en nuestras filas, y ser un escalón de la reacción, puesto que, de haber sido un partidario sincero de la causa del pueblo, hubiera ingresado, desde que salió de México, a las filas revolucionarias.
”Cuarto. Haber exigido la suma de dos mil dólares para venir de París a incorporarse, en la época en que el movimiento revolucionario carecía de dinero, aun para la compra de pertrechos de guerra.
”Quinto. Haber fomentado en José María Maytorena, la idea de la traición contra la Primera Jefatura de la Revolución, siendo Subsecretario de Guerra en el Gabinete Constitucionalista.”
Álvaro Obregón, Ocho mil kilómetros en campaña, México, fce, 1959, pp. 233-238.
Felipe Ángeles y otros militares a caballo, 6 de diciembre de 1914. © (287496) Secretaría de Cultura. INAH.Sinafo.FN.México.
“Sexto. Haber sido el principal instigador de Villa, para que se insubordinara, como lo patentiza, entre otros, el hecho de haber redactado el primer telegrama de insubordinación que Villa dirigió al C. Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, y de
haber unido a Villa y a Maytorena, cuando era notoria la división que existía entre ambos, pues el primero había dirigido al segundo una carta de rompimiento, llena de improperios. Todavía desempeñaba Ángeles el puesto
de Subsecretario de Guerra.
”Séptimo. Haberse insubordinado a la Primera Jefatura de la Revolución, acto que le valió ser depuesto del cargo de Subsecretario de Guerra. ”Octavo. Haber incorporado a las filas de la División del Norte a muchos
jefes y oficiales ex-federales.
”Noveno. Haber pretendido cohechar a algunos jefes del Ejército Constitucionalista; entre ellos al coronel Federico Montes, y al mayor médico José Siurob, manifestándoles que contaba con el apoyo del Gobierno norteamericano.
Cuartel General del Cuerpo de Ejército del Noroeste. H. Veracruz, Ver., 4 de diciembre de 1914. El General en Jefe. Álvaro Obregón.”
Álvaro Obregón, Ocho mil kilómetros en campaña, México, fce, 1959, pp. 233-238.
Arnold Belkin, La llegada de los generales Zapata y Villa al Palacio Nacional el 6 de diciembre de 1914. Al lado de Villa, de pie, el general Felipe Ángeles. Pintura al fresco. Museo Nacional de Historia-Castillo de Chapultepec, Secretaría de Cultura.INAH.México.
“Creo muy conveniente que en esta vez se tome posesión de la presidencia provisional de la República un hombre formal, serio y adicto completamente a la causa del pueblo, que por su patriotismo y honradez, garantice los ideales de la Revolución y, en
mi concepto, creo que llena esas cualidades el general Felipe Ángeles, a quien pienso despachar con una fuerte columna de infantería a que tome posesión de la ciudad de México, y se haga cargo provisionalmente de la
primera magistratura; pero como en todo deseo caminar de acuerdo con usted; le suplico se sirva decirme si está conforme con tal designación y en caso contrario darme el nombre de su candidato para el puesto de referencia,
que le suplico sea inmediatamente.”
Carta de Francisco Villa a Emiliano Zapata, Monterrey, 19 de marzo de 1915, Archivo Histórico de la UNAM-CESU, Ciudad de México, Fondo Gildardo Magaña, Caja 28, Expediente 6. Foja 188.
Felipe Ángeles durante un discurso. Enero de 1915. © (287501) Secretaría de Cultura.INAH.Sinafo.FN.México.
“Ángeles sería, pues, el gran estratega de trágico destino, el consejero no escuchado, el lugarteniente que previó la derrota y, aun así, se mantuvo leal a la estrella del caudillo popular y los acompañó al desastre que él hubiera podido evitar. Friedrich
Katz muestra un personaje más ambiguo, más complejo, más humano sin duda, aunque comulga del todo con la idea de la gran capacidad militar de Ángeles y la certeza de que, de haberle hecho caso Pancho Villa, los convencionistas
habrían ganado la guerra.”
Pedro Salmerón Sanginés, 1915. México en guerra, México, Planeta, 2015, p. 246.
Felipe Ángeles, retrato. 1915. © (643651) Secretaría de Cultura.INAH.Sinafo.FN.México.
“Quienes ven en Felipe Ángeles al verdadero organizador de la División del Norte y artífice de sus victorias, suelen hacer a un lado algunos datos fundamentales: cuando el artillero hidalguense llegó a Chihuahua para incorporarse al villismo, la División
del Norte ya era un ejército bien organizado y disciplinado, que había triunfado sobre los federales en batallas formales y estaba listo para la larga batalla de posiciones que, en torno a Torreón, se libró entre 19
de marzo y el 2 de abril de 1914, dónde Ángeles mostró sus innegables virtudes como táctico de artillería.”
Pedro Salmerón Sanginés, “El embrujo de Felipe Ángeles: ensayo sobre un militar académico y sus historiadores”, en Adolfo Gilly (compilador), Felipe Ángeles en la Revolución, México, Era / Conaculta,
2008, p. 107.
El general Felipe Ángeles en los alrededores de Monterrey, ca. 1915. Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Library of Congress Prints and Photographs Division Washington, D.C. 20540 USA (2016821228).
“Aunque muchas de las ideas aquí expuestas están aún en embrión, el estudio de las campañas militares de 1914 y 1915 me ha ido convenciendo de que los historiadores exageran el papel de Felipe Ángeles. Esta simpatía por la figura de Ángeles se debe sin
duda a sus notables cualidades personales, pero también, muy probablemente, a que sea mucho más fácil para los historiadores entender a un intelectual (y Ángeles era, antes de todo, un militar académico, de alguna manera
un intelectual), que a un personaje tan distinto, tan lejano, tan contradictorio y rodeado de mitos como Francisco Villa.”
Pedro Salmerón Sanginés, “El embrujo de Felipe Ángeles: ensayo sobre un militar académico y sus historiadores”, en Adolfo Gilly (compilador), Felipe Ángeles en la Revolución, México, Era / Conaculta,
2008, p. 115.