Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM)
Rebeca Flores
Guillermo Salvador López Rocha
Agradecemos al INEHRM su amable disposición a compartir con Memórica los recursos digitales y textos de la presente exposición. De igual manera a Mediateca/INAH por facilitar los recursos digitales de su acervo.
Felipe Ángeles, Néstor Enciso Arce y Antonio Trillo ante el consejo de Guerra. Noviembre de 1919. © (287537) Secretaría de Cultura.INAH.Sinafo.FN.México.
“En efecto, el general Ángeles, el día 15 de noviembre de 1919, había caído prisionero, juntamente con otros cuatro hombres, en un Punto del Valle de los Olivos, en la región de Balleza, de la Defensa Social de ese lugar, al mando del Mayor Gabino Sandoval,
quien al frente de una escolta, trasladó a los prisioneros a Parral, de ahí a Camargo y finalmente a la ciudad de Chihuahua, el día 21 de noviembre.”
Federico Cervantes M., Felipe Ángeles en la Revolución. Biografía (1869- 1919)>, México, Edición del autor, 1964, p. 304.
Última foto en vida del general Felipe Ángeles y una nota que dice: “Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las gestiones de mi vida. La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas”: Felipe Ángeles. 26 de noviembre de 1919. © (287544) Secretaría de Cultura.INAH.Sinafo.FN.México.
“26 de noviembre de 1919. En el Cuartel del 21º Regimiento. —Chihuahua. —Adorada Clarita: Estoy acostado descansando dulcemente. Oigo murmurar la voz piadosa de algunos amigos que me acompañan en mis últimas horas. Mi espíritu se encuentra en sí mismo
y pienso con afecto intensísimo en ti, en Chabela, en Alberto, en Julio y en Felipe. Siempre he hecho lo mismo en todo el tiempo desde que me separé de ustedes. Hago votos fervientes para que conserves tu salud y por
la felicidad de Chabela. Tengo la más firme esperanza de que mis tres hijos serán amantísimos para ti y para la patria… Diles que los últimos instantes de mi vida los dedicaré al recuerdo de ustedes, y que les envío
un ardientísimo beso para todos ustedes. —Felipe Ángeles.”
Carta del general Felipe Ángeles a su esposa, momentos antes de ser fusilado, citado del libro: en Federico Cervantes M., Felipe Ángeles en la Revolución. Biografía (1869- 1919)>, México, Edición del
autor, 1964, p. 360.
El cadáver del general Felipe Ángeles, 26 de noviembre de 1919. © (287525) Secretaría de Cultura.INAH.Sinafo.FN.México.
“El 26 de noviembre de 1919 como a las seis de la mañana Ángeles fue sacado de su celda. El reo fue entregado al mayor Ignacio L. Campos, encargado de hacer cumplir la sentencia. Ángeles solicitó como gracia, pues no deseaba dirigirse a nadie, que los
fusiles estuvieran preparados para que en el preciso instante en que llegara frente al pelotón, se hiciera la descarga, a lo cual accedió. Luego, Ángeles se dirigió al lugar de la ejecución y apenas se había colocado
mandado por el teniente Ramón Ortiz, se escuchó la voz de éste que ordenaba: ‘¡Fuego!’, y casi al mismo tiempo, unísono descargo. El Licenciado Gómez Luna solicitó y obtuvo permiso para que el cadáver de Ángeles le
fuera entregado para velarlo y darle sepultura en el cementerio de la ciudad.”
Federico Cervantes M., Felipe Ángeles en la Revolución. Biografía (1869- 1919)>, México, Edición del autor, 1964, pp. 363-365.
Funerales del general Felipe Ángeles, Chihuahua, 26 de noviembre de 1919. © (287536) Secretaría de Cultura.INAH.Sinafo.FN.México.
“El sepelio del infortunado general Ángeles se verificó después de ser velado por varias horas, en donde miles de vecinos desfilaron para contemplar, por última vez, los despojos del hombre que había muerto por la causa popular. Hombres, mujeres y niños
de todas clases, lo acompañaron silenciosamente hasta el cementerio. Cinco mil personas, entre ellas las más prominentes de la sociedad de Chihuahua; asistieron a los funerales; el doctor Gómez y tres más de sus amigos
conducían el cadáver sobre sus hombros al panteón.”
Federico Cervantes M., Felipe Ángeles en la Revolución. Biografía (1869- 1919)>, México, Edición del autor, 1964, p. 365.
El ex general. Felipe Ángeles fue fusilado ayer a las siete de la mañana. El Demócrata>, 27 de noviembre de 1919. Hemeroteca Nacional, unam.
“Miles de personas en México y en Estados Unidos pidieron perdón para Ángeles y el mismo general Manuel Diéguez, jefe de armas de Chihuahua, telegrafió a Carranza informándole de la ilegalidad del juicio y de su ‘altísimo’ riesgo político. El Primer Jefe
mandó una respuesta lacónica que no dejaba lugar a dudas: ‘Le ordeno recordar los procedimientos que las ordenanzas militares señalan para el cumplimiento ineludible de una sentencia de muerte’. Por su parte, Obregón
también telegrafió a Diéguez: ‘Lo borraré de la lista de mis amigos si hace usted cualquier gestión por salvar la vida del general Ángeles’.”
Ignacio Solares, La noche de Ángeles, México, Diana, 1991, p. 177.
Corrido del fusilamiento del general Felipe Ángeles, noviembre de 1919, Acervo inehrm.
“Podría afirmarse, para concluir, que en el fusilamiento de Ángeles concurrieron sus dos mayores enemigos: Obregón, quien se había negado a que los revolucionarios fueran dirigidos por un ex federal, y deseaba para sí ese puesto, el que por cierto ocupó
entre 1915 y 1917; y Carranza, porque siempre había visto en Ángeles a su único verdadero competidor: ambos tenían experiencia política y ambos pretendían encabezar, ordenándolos, sendos movimientos revolucionarios;
asimismo, ambos estaban convencidos de que el Estado posrevolucionario debía otorgar limitadas concesiones sociales a los grupos populares.”
Javier Garciadiego, “Una guerra no secreta: similitudes y diferencias de Felipe Ángeles y Venustiano Carranza”, en Adolfo Gilly (compilador), Felipe Ángeles en la Revolución, México, Era / Conaculta,
2008, p. 98.
General Francisco Villa, Chihuahua, ca. 1915. Fotomecánico. Acervo inehrm.
“El veredicto del tribunal, que sentenció a muerte a Ángeles, informó el cónsul estadounidense en Chihuahua, fue extremadamente impopular en este distrito, tanto así que probablemente no es una exageración decir que del noventa al noventa y cinco por
ciento de la gente condenó la acción y estaba firmemente convencida que los procedimientos del consejo eran una farsa, ya que los jueces militares recibían sus instrucciones de la Ciudad de México, a través del general
Diéguez. Más de cinco mil chihuahuenses formaron la gigantesca procesión fúnebre que acompañó el cuerpo de Ángeles a su tumba. La respuesta de Villa a la ejecución fue pronta y sangrienta. Dos días después de la muerte
de Ángeles, sus tropas cayeron sobre la guarnición carrancista de Santa Rosalía y mataron hasta el último de sus defensores.”
Friedrich Katz, Pancho Villa, México, Era, 1999, Tomo II, p. 314.
Comunidad Escolar “Felipe Ángeles”, Coaltetelco, Morelos, ca. 1950, Archivo Gráfico de El Nacional, Fondo Temático, Sobre 186-I, inehrm.
“Ciertamente la escuela era objeto del ‘particular Orgullo’ de Villa. Le puso el nombre de Felipe Ángeles, y consideró su edificación una de las prioridades al hacerse cargo de Canutillo […] Regino Hernández Llergo […] opinó que la escuela que Villa había
construido podía equipararse con las mejores de México. Los trescientos niños que asistían no sólo venían de Canutillo, sino de los ranchos y haciendas de los alrededores. Los cinco maestros, que habían ido de voluntarios
a Canutillo y cobraban del gobierno federal, elogiaron la dedicación y el interés de Villa por la educación.”
Friedrich Katz, Pancho Villa, México, Era, 1999, Tomo II, p. 332
Felipe Ángeles, general, reprografía. 1915. © (287497) SECRETARÍA DE CULTURA.INAH.SINAFO.FN.MX.
“Quien quiera entender a Ángeles y a su destino debe interpretarlo bajo el signo de la ambivalencia que denomina su existencia, ambivalencia dentro de la cual quiso resolver el conflicto entre sus aspiraciones y su visión universalista de la vida, las
exigencias pragmáticas impuestas por las circunstancias y las situaciones a lo largo de la Revolución.”
Odile Guilpain Peuliard, Felipe Ángeles y los destinos de la Revolución Mexicana, México, FCE, 1995, p. 182.