Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM)
Rebeca Flores
Guillermo Salvador López Rocha
Agradecemos al INEHRM su amable disposición a compartir con Memórica los recursos digitales y textos de la presente exposición. De igual manera a Mediateca/INAH por facilitar los recursos digitales de su acervo.
El Primer Jefe Venustiano Carranza y Francisco Escudero, general Felipe Ángeles y Rafael Zubarán Capmany, 1913. Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Library of Congress Prints and Photographs Division Washington, D.C. 20540 USA (2014694583).
“Respecto al breve y conflictivo paso de Ángeles por el gabinete de Carranza, debe recordarse que éste estableció su primer gobierno completo a mediados de octubre de 1913, precisamente cuando regresaba Ángeles a México
[…] El conflicto puede resumirse así: Carranza le ofreció a Ángeles la Secretaría de Guerra y Marina, pero Álvaro Obregón y otros generales revolucionarios presionaron a don Venustiano hasta que lo hicieron retractarse.
Los argumentos de ambos resultan comprensibles: Carranza quería que el Ejército Constitucionalista fuera profesional, ordenado y eficiente […] Por su parte, los generales revolucionarios reclamaban que era indebido
e injusto que un militar federal –léase porfirista– encabezara las fuerzas rebeldes. Por si esto fuera poco, Ángeles deseaba incorporar al Ejército Constitucionalista el mayor número posible de federales, proyecto inmediatamente
rechazado.”
Javier Garciadiego, “Una guerra no secreta: similitudes y diferencias de Felipe Ángeles y Venustiano Carranza”, en Adolfo Gilly (compilador), Felipe Ángeles en la Revolución, México, Era / Conaculta,
2008, pp. 84-85.
Colaboradores del Primer Jefe Venustiano Carranza; al lado dg, el ingeniero Ignacio Bonillas, 1913. © (37967) Secretaría de Cultura.INAH.Sinafo.FN.México.
“Conocí al Licenciado Zubarán, Secretario de Gobernación, al Lic. Escudero, el diputado maderista que, después de pronunciar un violento discurso contra Huerta la noche de su exaltación al poder había desaparecido y que fungía de Secretario de Hacienda,
al general don Felipe Ángeles, el único maderista entre los altos oficiales del Ejército Federal, recientemente nombrado Subsecretario de Guerra... pronto descubrí que, a pesar de haberse derivado el constitucionalismo
del derrocamiento y asesinato de los señores Madero y Pino Suárez, los militares y políticos que rodeaban al Primer Jefe y que procedían de Coahuila y Sonora, formaban un ambiente poco propicio para los ex-maderistas
de calidad. Abundaron los descontentos por el nombramiento de Subsecretario de Guerra recaído a favor del general Ángeles que era, además de ex-maderista, militar auténtico. Entre ellos estaba el Jefe del Estado Mayor
–también fue oficial del Ejército Federal, pero de baja graduación– que se complacía en mermar sus atribuciones, humillándolo.”
Alberto J. Pani, Apuntes autobiográficos, México, inerm, 2003, pp. 191-193.
El general Álvaro Obregón y su Estado Mayor, 1913. Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Library of Congress Prints and Photographs Division Washington, D.C. 20540 USA (2014696074).
“En aquella estación, recibí un telegrama de la Primera Jefatura comunicándome que había sido designado g para el puesto de secretario de Guerra en el gabinete del señor Carranza. El concepto que yo había podido formarme de Ángeles, durante el poco tiempo
que lo traté, era tan malo, que creía honradamente que su nombramiento sería de consecuencias lamentables para la Revolución, y juzgué de mi deber expresar al Jefe, con toda sinceridad, la mala impresión que me causaba
aquel nombramiento, e indicarle, en forma respetuosa, que todos los demás jefes participaban de igual mala impresión, como lo demostraba el hecho de que Hill y Diéguez llegaron a presentar solicitud para obtener su
baja en el ejército. Con tal motivo, y con previo permiso del Jefe, me trasladé a Hermosillo para tratar verbalmente el asunto, mientras se reparaban las vías para continuar nuestro avance a Culiacán. La primera impresión
que causó mi actitud en este caso, fue, naturalmente, poco favorable para mí; atribuyéndose a egoísmo de mi parte la inconformidad que manifestaba con la designación hecha a favor de Ángeles; pero yo procuré convencer
al Jefe de que el egoísmo no me había aconsejado aquella protesta... y que por consiguiente, ningún mezquino sentimiento podía rebelarse en mí con subordinárseme a un hombre de los conocimientos militares del general
Ángeles, máxime cuando yo no tenía ningunos, sirviendo como militar sólo por causas ajenas a mi voluntad. El Jefe me explicó que el papel de Ángeles sería limitado y que todas las órdenes emanarían de la Primera Jefatura.”
Álvaro Obregón, Ocho mil kilómetros de campaña, México, fce, 1959, pp. 84-85.
Isidro Fabela con Venustiano Carranza en el campamento de Hermanas, Coahuila, 1913. Mendoza Foto. Fotomecánico. Acervo inerm.
“Ángeles invitó a comer a Obregón, a Enrique Llorente y a mí [...] Después del brindis Ángeles dijo [...] ‘se ha dicho con motivo de mi llegada a la Revolución, que tengo propósitos políticos, llegándose a afirmar que aspiro a la Presidencia de la República.
Estos rumores son absolutamente infundados. Yo no he venido con fines personalistas, compañero Obregón, sino a colaborar con los revolucionarios, como un elemento militar que quizá pudiera ser útil a la causa por la
que todos luchamos. No tengo ambiciones presidenciales mi general. El que lo crea no tiene razón para pensarlo, y el que lo diga afirma una mentira. Quisiera que estas palabras que le digo a usted las conozcan sus subordinados
y amigos, para que acabe enteramente toda duda respecto a los fines que he tenido incorporándome al movimiento reivindicador en que estamos empeñados. Eso es todo, general Obregón. Y ahora, antes de levantar mi copa
por el éxito de la campaña, por usted y nuestros amigos quisiera darle un estrecho abrazo que le exprese mi afecto y estimación personal’. Los generales se abrazaron efusivamente, sellando luego con las manos entrelazadas,
un pacto de honor y compañerismo.”
Isidro Fabela,
Mis memorias de la Revolución, México, Jus, 1977, pp. 162-165.
Francisco Villa y g, ca. 1914. Fotomecánico. Acervo inerm.
“El alejamiento del general no resolvería las diferencias. En marzo de 1914, cuando Carranza se trasladó de Sonora a Chihuahua, el subsecretario Ángeles pudo incorporarse a la División del Norte, asumiendo como responsabilidad
el manejo de la artillería. Más que encargarse de esta sección, la visión de Ángeles hizo que su objetivo final fuera hacer que las fuerzas villistas, ya de suyo poderosísimas, se profesionalizaran y disciplinaran.
Felipe Ángeles pronto se convirtió en un influyente asesor de Villa.”
Javier Garciadiego, “Una guerra no secreta: similitudes y diferencias de Felipe Ángeles y Venustiano Carranza”, en Adolfo Gilly (compilador), Felipe Ángeles en la Revolución, México, Era / Conaculta,
2008, p. 87.