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Uno de los acervos documentales más importantes de Europa, la Biblioteca nacional de Francia (BnF), tiene numerosos fondos y colecciones que están disponibles para todo el público a través de Gallica, su repositorio en línea. De ahí el interés del Gobierno de México en crear un convenio de colaboración con la BnF, ya que existen, en su catálogo digital, más de 45 mil resultados ligados a nuestro país. Así pues, la intención de esta sala virtual es mostrar cronológicamente una parte del patrimonio documental mexicano que está en Gallica y que se encuentra hoy también disponible en Memórica. Inclusive, algunos documentos mexicanos de la BnF se exhiben en estas fechas en la exposición “Grandeza de México” del Museo Nacional de Antropología e Historia. Esto es posible gracias a la amistosa relación bilateral de ambos gobiernos que promueve y facilita la creación de convenios de cooperación científica y cultural, lo que permite ahora dar a conocer esta selección de documentos que, probablemente, sean poco conocidos en México.

En Francia se fomenta de antaño la tradición de la colección de objetos. De ahí que sus museos y bibliotecas posean una gran cantidad de bienes culturales provenientes de todo el mundo. Entre las distintas piezas relacionadas con las culturas y el territorio mexicanos pueden mencionarse libros, ilustraciones, fotografías, mapas, manuscritos y códices que se resguardan celosamente en la BnF. Aquí una breve descripción de algunos de ellos:

Junto con el Códice Borbónico conservado en la biblioteca de la Asamblea Nacional, el Códice de París, aquí exhibido de manera virtual, es de los más importantes que se encuentran en Francia, pues se trata de un manuscrito religioso de origen maya, realizado antes de la llegada de los españoles y que sobrevivió a los procesos de la Inquisición.

El Manuscrito Mexicano 40 cuenta la historia de Tenochtitlan, desde la salida de Aztlán y posterior fundación de la ciudad hasta la llegada de los españoles y el arribo de Antonio de Mendoza, el primer virrey de la Nueva España. El documento perteneció a dos importantes coleccionistas franceses del siglo xix, Joseph Marius Alexis Aubin y Eugène Goupil.

En la revista Le Monde Illustré de 1863 aparece un grabado que ilustra el momento en el que el emperador Napoleón III recibe a los sargentos franceses que asolaron el territorio mexicano y se hace entrega de una insignia nacional tomada por ese mismo ejército.

Asimismo, se expone la fotografía de un niño cargando una especie de vasija, realizada por el explorador austroalemán Teobert Maler, entre 1867 y 1878. Como Désiré Charnay, Maler es uno de los exploradores científicos que hacen, durante el siglo xix, reproducciones pictóricas de las zonas mayas, tanto de sus poblaciones humanas y vegetales como de sus ruinas y otros sitios arqueológicos.

Finalmente, se presentan dos documentos con relevancia en la actualidad. El primero, un catálogo de venta de arte prehispánico, africano y oceánico. La subasta se habría realizado en diciembre de 1929 en el Hotel Druot, lugar donde todavía se comercializan piezas del patrimonio cultural de México. El segundo, un boletín del Museo de Etnografía del Trocadero, publicado en enero de 1933, que refiere en sus últimas páginas las donaciones de objetos mexicanos por parte de los coleccionistas Mario Roustan, Gustave Bellon y Auguste Génin. Además, se informa que la Dirección de Arqueología, entonces adscrita a la Secretaría de Educación Pública, habría donado 81 objetos en su posesión al Museo de Etnografía del Trocadero.