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La cultura mexicana ha sido uno de los temas que más ha llamado la atención de los estadounidenses. El mundo indígena y sus manifestaciones artísticas, los rituales y su cultura son motivo de estudio y coleccionismo en la Unión Americana. Particulares, comerciantes, instituciones académicas, así como museos públicos y privados, han volcado sus esfuerzos para obtener piezas de arte antiguo mexicano, tanto de sus diferentes regiones como de sus distintos periodos, y las han atesorado en sus actuales acervos. ¿Qué imagen se han creado los estadounidenses sobre los mexicanos y su cultura a partir de los objetos que han coleccionado? ¿Esa veneración corresponde con la imagen que tienen de los mexicanos en 2021?
Las piezas que se exhiben muestran una parte de la mirada de los estadounidenses sobre México y su enorme diversidad y riqueza culturales. Así, reconocen el talento, lo extraordinario de sus aportaciones, la perfección de las técnicas y las escrituras mesoamericanas, el pensamiento y las creencias lógicas y ordenadas de un mundo indígena que vivió su esplendor antes de la irrupción de los españoles en el siglo xvi. Aquí se presenta una pequeña muestra de cómo la cultura de los antiguos mexicanos es vista en algunos de los múltiples acervos existentes en Estados Unidos, y cómo a lo largo y ancho del país vecino del norte se conoce el patrimonio mexicano. Tras la irrupción de los españoles en el siglo xvi, múltiples comunidades indígenas entablaron juicios para recuperar las tierras de las cuales habían sido despojados. Por ello, en las décadas posteriores a la conquista, los Techialoyan, o mapas de reclamos de tierras, fueron muy comunes. Tales representaciones gráficas mostraban las características del lugar, la fundación y los orígenes de una ciudad o poblado y señalaban los accidentes geográficos que servían de marcas o límites de sus propias tierras. Estas representaciones eran un modo de defensa ante las injusticias de los españoles y de mostrar que debían ser respetados como distritos autónomos. Con el paso de los años, la defensa de la tierra ha sido un tema constante para la comunidad mexicana que vive en Estados Unidos. En el siglo xx, los antiguos mexicas se convirtieron en sinónimo de inspiración para la lucha de la comunidad mexicano-estadounidense en contra del racismo y la discriminación en el trabajo, la vivienda y la educación. Asimismo, durante la posrevolución, los muralistas retomaron el tema y lo plasmaron en lienzos de gran formato subrayando la importancia de la herencia indígena y el respeto por las tierras. En la actualidad, es interesante ver que el patrimonio cultural mexicano que se exhibe en museos y otros recintos de la Unión Americana no sólo muestra la diversidad y riqueza de México, sino que continúa formando parte del orgullo de la comunidad mexicana que vive allende el Río Bravo, así como de los estadounidenses que reconocen los bienes culturales mexicanos y, cada vez más, lo mucho que se gana cuando fortalecemos redes de apoyo entre México y Estados Unidos.
México y Estados Unidos comparten una frontera de poco más de 3200 kilómetros. Según los resultados de la Oficina del Censo de Estados Unidos, en 2021 la comunidad latina suma 62.1 millones de personas, de un total de 331 millones 449 mil habitantes, es decir, formamos parte de 18.7% de la población del país vecino del norte. El componente demográfico se refleja en la participación en sectores estratégicos, tanto por su contribución al mercado laboral como por ser emprendedores y creadores de empleos, así como por su peso en el consumo nacional. Según cálculos del Instituto de Política Migratoria, 16% de la fuerza laboral de la Unión Americana es de origen mexicano. Con esta presencia mexicana y “latina” se podría suponer que la muestra y exhibición de nuestro patrimonio en la Unión Americana sirve para proyectar la diversidad, riqueza y talento de la comunidad mexicana que vive allende el Río Bravo. Pero, ¿es así? Al respecto, ha sido interesante atestiguar que si bien se han comenzado a integrar nuevas explicaciones que incorporen a sectores que tradicionalmente han sido excluidos, como la comunidad mexicana, las mujeres y los indígenas, lo cual ha impulsado que en circuitos culturales también consideren a “lo mexicano” en sus planeaciones y desarrollo de sus colecciones documentales y de arte, todavía hay mucho por hacer. Algunas instituciones dedicadas a la conservación y divulgación del patrimonio mexicano en Estados Unidos dan a conocer los acervos que resguardan, ya sea mediante exposiciones, ciclos de conferencias o presentaciones de libros. Desafortunadamente, no todos los recintos tienen este tipo de prácticas para difundir las piezas que poseen, e incluso hay espacios donde ni siquiera son mostradas de forma permanente, amén de que la propia pandemia ha ralentizado las exhibiciones que implican congregaciones de personas. Por otro lado, como se muestra en la exposición entera, el hecho de que los estadounidenses expongan una narrativa que les es ajena y que comprende el modo en el que las piezas mexicanas fueron obtenidas puede resultar en visiones contrarias a la realidad, o que estén apegadas a estereotipos, relatos poco claros o convenientemente incompletos u omisos. Así, interpretaciones maniqueas y hechos que sólo presentan el punto de vista del país vecino del norte, lejos de beneficiar, pueden resultar perjudiciales al derivar en explicaciones imprecisas y alejadas de la realidad. Por ello, ésta es una gran oportunidad para comenzar a escribir nuestras propias explicaciones, y hacer notar la necesidad de que exista, tanto en los museos como en los acervos, una nueva narrativa, una que sea incluyente, multiétnica, diversa y en la que se escuchen las múltiples voces de la comunidad mexicana que vive en Estados Unidos. Fabiola García Rubio
El biombo desposorio es una pieza única por representar un matrimonio indígena en los años posteriores a la conquista española, en el que aparecen múltiples escenas, como un “mitote”, también conocida como la “danza de Moctezuma”.
En Estados Unidos, la cultura mexica se ha convertido en sinónimo de lucha por la defensa de la tierra, los derechos de los mexicano-americanos y los derechos laborales.
El movimiento chicano está inspirado en la resistencia indígena ante la irrupción de los españoles, así como en símbolos como la Virgen de Guadalupe para mostrar el poderío de la comunidad mexicana en Estados Unidos.
La grandeza cultural, artística e histórica de México es intocable. Desde hace muchos años, he tenido la fortuna de visitar cientos de museos u otros organismos en Estados Unidos con el objetivo claro y certero de registrar los objetos del patrimonio cultural de México. Estos objetos extraídos que he encontrado no son la grandeza de México sino meros productos de dicha grandeza, la cual queda intacta. Sin embargo, como mexicanos tenemos el derecho de saber, independientemente de si salieron legal o ilegalmente del país, dónde se encuentran exactamente, cómo son, cuándo se elaboraron, a qué civilización pertenecen, etc. Y si se sabe de su ilegalidad, tenemos todo el derecho de reclamarlas. Estas obras pertenecen a la memoria de México y tienen forzosamente una historia diferente y muy interesante que contar al encontrarse fuera del país. Me autoimpuse originalmente la misión de registrar todos esos miles de objetos, valorarlos y, sobre todo, darlos a conocer. No ha sido fácil, pero como descubrí que esta misión valía mucho la pena, me dediqué a buscar soluciones ante la falta de presupuesto, de autorizaciones, de tiempo, de apoyo, etc. Afortunadamente tuve la fortuna de que en el gobierno actual se enteraran de mi labor y decidieron respaldarme. Ya no estoy solo. Alrededor de 140 ciudades en Estados Unidos —y más grandes cantidades si hablamos de museos, iglesias u otros organismos— son los repositorios del patrimonio mexicano que se encuentran en ese país. Me ha tomado varios años registrarlo todo. No todos podemos dedicarle tanto tiempo y visitar tantos sitios. Afortunadamente, gracias a las nuevas tecnologías y al empeño y esfuerzo del gobierno actual, todas estas obras viajeras podrán encontrarse en un solo repositorio virtual, Memórica, que es para mí el mejor lugar donde difundir y compartir mi labor a todo el mundo, pero principalmente a México. Miguel Gleason
Figura de jaguar transformándose
Ceremonia del poste, Nayarit
Gemelos con máscara de jaguar
Incensario Teotihuacan
Panel de Oaxaca
Hombre sentado
Máscara maya
Mapa Cuauhtlanzinco
Nican Mopohua
Biombo desposorio