Pese a que hubo un primer proyecto del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, para 1949 ya habían transcurrido 25 años de éste y su estilo colonial había pasado de moda, y aunque participó nuevamente en el concurso, pareció imprescindible escuchar nuevas propuestas. Finalmente, las autoridades francesas eligieron el trabajo de Jorge L. Medellín y Roberto E. Medellín, cuya propuesta consistía en edificar dos torres de dormitorios asentados en una base horizontal en la que se encontrarían los amplios espacios públicos del lugar, todos ellos plenos de luminosidad por sus grandes ventanales. El costo estaba calculado en dos millones de pesos de la época, y para el mes de junio del mismo año, que ya se había reunido dicha cantidad, el embajador de México en Francia, Víctor Fernández Manero, recibió finalmente, en una ceremonia protocolaria, el terreno para edificar el llamado entonces Pabellón de México. En este apartado contamos con importantes documentos que dan cuenta de este fascinante proceso y con una imagen del 28 de junio de 1951 en la que se hace la entrega formal del espacio.

La Ciudad Universitaria se encuentra en el Distrito 14 de la capital francesa y la ubicación del terreno era inmejorable: vecina de la gran Casa Internacional y del Colegio Franco-Británico. La primera piedra se colocó el 17 de julio de 1951 ante autoridades francesas y mexicanas, como Antonio Castro Leal, delegado permanente de México ante la Unesco, en representación de nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). El entonces rector, Luis Garrido, pronunció las siguientes palabras: “nuestro Pabellón será un sitio ameno y grato, y por su decorado y distribución recordará a los estudiantes las costumbres de su patria. Allí se hallarán en íntimo contacto con las corrientes más poderosas del pensamiento mundial, pero sin sentirse trasplantados a tierra extraña”.

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