La preocupación por la ciencia fue una de las características más sobresalientes del siglo xviii, como lo muestran estas imágenes de los atributos del maguey y la grana cochinilla en revistas científicas del periodo.
A lo largo del siglo xvii, los territorios americanos del Imperio español habían acumulado una importante autonomía política y económica respecto a la Corona. La llegada de los Borbones al trono castellano a principios del xviii y el auge de las ideas ilustradas trajeron consigo transformaciones administrativas y sociopolíticas, así como un pensamiento basado en la ciencia y la razón. Junto con las ideas científicas enfocadas en catalogar y clasificar, se desarrollaron otras sobre las razas humanas que tuvieron consecuencias en las formas de entender a las sociedades. Con ello también surgió una ideología del racismo que tuvo su auge en el siglo xix.
A su llegada al trono del Imperio español, los Borbones con las ideas de la Ilustración impulsaron una serie de medidas para retomar el control político, económico y social de la Corona. José de Gálvez fue el encargado de llevarlas a cabo desde mediados del siglo xviii.
Las reformas borbónicas, instauradas a mediados del siglo xviii, buscaron un nuevo control sobre las colonias. Como parte de estas reformas se liberó el comercio, se hicieron nuevas empresas económicas y se debilitó el poder político de los criollos, causando descontento e inconformidad. En la vida social también se trataron de imponer nuevas medidas coercitivas, entre ellas una Real Pragmática de Matrimonios que prohibía los enlaces entre personas de distintas calidades y situaciones económicas. Esta norma también recomendaba el permiso de los padres para establecer los matrimonios. Pocas solicitudes de casamiento en la Nueva España atendieron los requerimientos de esta Pragmática, pero los que la hicieron aludieron al impedimento de enlaces entre africanos y españoles o viceversa como uniones desiguales. Esto también muestra que los prejuicios sociales y la concepción de las “razas” a partir de mediados del siglo xviii se incrementaban y afectaban de manera más importante las relaciones sociales y familiares.
Así como fue catalogado y clasificado el mundo natural, los ilustrados se obsesionaron por ordenar lo social con base en “la razón”. Estas ideas europeas, entre otras, arribaron a la Nueva España, y comenzaron a aparecer en crónicas y ciertos escritos clasificaciones sobre las uniones y relaciones mixtas entre los distintos grupos que conformaban la sociedad novohispana que pocas veces se usaban en la vida cotidiana. En este contexto aparecieron también los cuadros de castas o de mestizaje elaborados a lo largo del siglo xviii en varios países de América, pero en especial en México. Estas pinturas se realizaron con el propósito de dar a conocer la diversidad de grupos que conformaban la sociedad novohispana. En ellos se representaba a conjuntos familiares haciendo referencia a su procedencia en escenas domésticas, citadinas y retratando los oficios desempeñados. Las parejas acompañadas de una hija o hijo mostraban el mestizaje y la diversidad cultural a partir de una clasificación compleja en la que aparecen términos que aluden al color mezclados con otros elementos como la procedencia o denominaciones coloquiales; en estos cuadros aparecen en su mayoría poco vinculada a los términos que se utilizaban en la época. Gran parte de las denominaciones de castas que estos cuadros representan, como saltapatrás, tente en el aire, albarazado, entre otros, no se emplearon en los documentos novohispanos ni en la vida cotidiana.
La Tabla de Tipos de Humanidad de Nott y Gliddon: Centro de la Historia de la Medicina de Countway Library.
Las ideas de las “razas humanas” surgieron en el siglo xviii y promovieron que unos grupos humanos eran inferiores y otros superiores. Esta idea errónea fue divulgada sobre todo para justificar el auge del comercio de personas esclavizadas del continente africano y la colonización de otras regiones del mundo. Hoy en día se sabe que los seres humanos somos iguales y pertenecemos a la misma especie.
La catalogación de los seres humanos en “razas” fue una invención del siglo xviii con el afán de clasificar a los individuos y sociedades de acuerdo con sus rasgos físicos, su color de piel, su lugar de procedencia, sus costumbres, historia y cultura. Este afán “pseudocientífico” también tuvo propósitos económicos y políticos para justificar que con base en la razón y la ciencia unos seres humanos eran superiores a otros. Esta idea acreditaba la colonización, explotación y sujeción de las colonias y de nuevos territorios, así como el comercio de personas esclavizadas. Debe recordarse que fue a partir del siglo xviii cuando surgió el auge del comercio de esclavos hacia Brasil, el Caribe y los Estados Unidos de América. No obstante, otros territorios, como México, recibieron menos esclavizados a partir de este periodo, sobre todo por el crecimiento de mano de obra libre, lo que convirtió a la esclavitud en un modo de sujeción poco rentable. Testimonio del encuestador del censo de Revillagigedo en el que señala la dificultad de clasificar a las personas: “Que no se ha formado un padrón para sólo españoles, otro separado para sólo mestizos, otro para mulatos y otro para indios porque de todas las castas que viven en la ciudad y en una misma casa suelen hallarse de todas las calidades, y aun en una misma familia se ve que el marido es de una, la mujer de otra, y los hijos de otras; por ejemplo el marido español, la mujer india y los hijos mestizos, y por la misma razón no se anotaron al contramargen las familias, pues debería hacerse la misma separación, entresacando ya españoles ya mestizos y a indios en las casas de numerosos vecindarios de esta ciudad.”
(Joseph Antonio de la Vía, juez eclesiástico del curato de Santiago de Querétaro en México, Padrón de 1777.)