Carta de libertad de Augustina de Oyaga, mulata, 1706, que dice:

[…] apartan y a sus bienes y erederos [sic] de todo el derecho […] tenían contra la dicha mulata y prometen de asi lo ahora firme y no en contra ello por ninguna causa ni rason [sic] y si con tal fueren que no les valga y sean decechados [sic] de juicio y por el mismo caso que aprovada [sic] y revalidada esta escritura al cumplimiento de lo cual obliga todo bienes de la dicha difunta y los someten a todas las justicias de la […] y en especial a las desta villa y renuncian su fuero y la ley cicumuenerit para que por todo rigor del derecho y vía executiva les apremien su cumplimiento como por sentencia pasada en cosa juzgada y renunciaron otras cualesquier leyes de su favor y la general del derecho y asi lo otorgaron y firmaron siendo testigos capitán don Diego Beltran, el capitán Lazaro de Llano y Zebastian de Angulo vecinos de esta villa. [Fragmento]



Existieron diversas formas de obtener la libertad. Una de ellas era la conocida como manumisión, que consistía en que los dueños de las personas esclavizadas, en vida o por medio de testamento, les otorgaban la libertad. Otra era por compra, es decir, que las y los esclavizados lograran obtener el dinero para la compra de su libertad realizando trabajos remunerados o por el préstamo de parientes o amigos. También el nacimiento era una posibilidad, ya que al prohibirse la esclavitud de las indígenas, mujeres que se casaban o tenían relaciones informales con varones esclavizados procreaban hijos o hijas libres. Finalmente, la huida y el cimarronaje fueron otras formas de buscar la libertad, escapando del sometimiento y la sujeción.



Aunque la esclavitud fue una forma de sujeción que suprimía derechos y decisiones personales, algunas posibilidades existieron para que mujeres y hombres esclavizados lucharan por ciertos derechos que les otorgaba la ley. Se tiene noticia de que varias mujeres de ciudades como México, Puebla y Oaxaca demandaron a sus amos por no permitir la visita conyugal, a la que tenían derecho por ley, por maltratos o por no acatar la manumisión que les habían dado sus dueños. Entre muchas, se sabe de Leonor, esclavizada en la Ciudad de México hacia el siglo xvii, quien puso una demanda contra las monjas de un convento importante, quienes se negaban a respetar la libertad de su hijo.





Nyanga o Yanga fue el líder del grupo de cimarrones de los alrededores de Córdoba, Veracruz. Su palenque logró negociar con las autoridades virreinales y conseguir su reconocimiento como pueblo libre en 1631. Estas esculturas se encuentran actualmente en Yanga, Veracruz.

Muchas mujeres y hombres esclavizados se resistieron y se rebelaron ante la sujeción y el sometimiento. De ciudades, puertos, obrajes, haciendas o minas huían hacia otras regiones y en algunos casos se organizaban en grupos y asaltaban ranchos o haciendas para conseguir víveres y otros menesteres. A estos grupos se les conoció como cimarrones, denominación peyorativa que significaba “animales salvajes del monte”.

Descripción de esclavizada huida en la Ciudad de México en la Gazeta de México de 1784:

Quien supiere de dos mulatas esclavas, la una nombrada María Josefa, y la otra Eusebia Josefa Machuca, la primera alobada, pelilaso, ojos chicos, alta de cuerpo, y de proporcionado grueso, con unas enaguas de carmín y otras azules, paño de encantos de colores, ú otro azul y blanco de Ozumba; la otra entrecana, mediana de cuerpo, delgada, ojos saltones, y sin un diente de el lado derecho, vestida en los términos que la primera, y con un paño azul y plata, ocurra a dar razón a la Justicia mas cercanas, respecto a ir fugitivas de las casas de sus amos, a quienes robaron, de lo qual darán razón en la del Baño nuevo de los pajaritos en el Salto del Agua…

Existieron varios levantamientos de cimarrones; uno de los más famosos fue el encabezado por Nyanga o Yanga, quien desde 1590 comenzó a rebelarse y a asaltar diligencias y haciendas cercanas a Córdoba, Veracruz. Por varios años, Yanga resistió a las autoridades virreinales y a los ejércitos de hacendados hasta que, en 1631, este grupo logró negociar con las autoridades y conseguir la libertad de su pueblo bajo ciertas condiciones. Éste fue llamado San Lorenzo de Cerralvo o de los Negros, hoy conocido como Yanga en honor al libertador. También existieron cimarrones en Huatulco y Amapa, en Oaxaca, y en otras regiones de Veracruz.




Las personas esclavizadas siempre se resistieron al sometimiento y a la esclavitud. Desde el secuestro y traslado forzado de sus tierras de origen y después atravesando océanos, se tiene noticia de actividades de resistencia e incluso de motines en las factorías en donde eran agrupados y en los barcos, que fueron, en su mayoría, reprimidas brutalmente.

A lo largo del periodo virreinal varios sucesos de rebeldía y sublevación se llevaron a cabo en distintos territorios de la Nueva España. Por ejemplo, en 1612 apresaron a 33 “negros y negras” que supuestamente pretendían rebelarse en la capital de México. Estas personas fueron capturadas y ejecutadas en la Plaza Mayor como escarmiento. Entre otras muchas, se sabe que en Cuautla de Amilpas, Morelos, hubo un intento de levantamiento en el siglo xvii y en la hacienda de Xalmolongo en el Estado de México otro en el xviii que terminó con el apresamiento y castigo de los esclavizados, entre ellos varias mujeres. También en actividades cotidianas las esclavizadas solían llevar a cabo acciones de resistencia, como “poner ciertos polvos en el chocolate” para atarantar a los amos.