Ramón López Velarde había abordado el tema de la patria, ya por la nostalgia a su provincia, ya por su enamoramiento de la capital, a lo largo de su creación literaria, y es para él un tema recurrente, pero lo audaz de su propuesta redundó en la forma ortodoxa en que se aproximó a ella. La suave patria para muchos de los entendidos es una obra maestra que nos enseñó a redescubrir, con un nuevo enfoque, su devoción por México. A pesar de haber sido encumbrada como la exaltación a la Revolución, esta pieza poética está lejos de los discursos oficiales que enarbolan el proceso armado; es todo lo contrario, se trata de un canto de amor a la tierra y un reproche a la destrucción que el país ha sufrido.
Suave Patria: permite que te envuelva en la más honda música de selva con que me modelaste por entero al golpe cadencioso de las hachas, entre risas y gritos de muchachas y pájaros de oficio carpintero. [Incluido en El Maestro (Revista de Cultura Nacional), p. 311.]