Un brillante y joven escritor

El primer poema


En 1905 escribió su primer poema conocido, titulado “A un imposible”, motivado por el amor no correspondido que profesó a Josefa de los Ríos, y también es el año en el que abandonó el seminario para estudiar la carrera de leyes.

A un imposible

Me arrancaré, mujer, el imposible
amor de melancólica plegaria,
y aunque se quede el alma solitaria
huirá la fe de mi pasión risible.

Iré muy lejos de tu vista grata
y morirás sin mi cariño tierno,
como en las noches del helado invierno
se extingue la llorosa serenata.

Entonces, al caer desfallecido
con el fardo de todos mis pesares,
guardaré los marchitos azahares
entre los pliegues del nupcial vestido.

[Aguascalientes, 1905.]

Presencia literaria en la prensa


El periódico El Observador le abrió sus páginas para publicar “Fragmento de una poesía”. Poco a poco su pluma se hizo recurrente en textos que siguió firmando bajo los seudónimos Aquiles y Esteban Marcel. Decidido a estudiar abogacía, lo encontramos en 1908 en la Escuela de Leyes del Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí. Lamentablemente, ese mismo año fallece su padre ocasionando el declive económico de la familia. Paralelamente, su producción literaria puede leerse en más publicaciones periódicas como en el diario El Debate y en la revista Nosotros, en donde se da a conocer el poema “Canonización” en el que se percibe la presencia contundente de su Fuensanta. Durante el año siguiente sus colaboraciones se ampliaron aún más a ediciones como El Regional y su suplemento “Pluma y Lápiz”, así como en la revista Cultura, todas con sede en Guadalajara.

Para profundizar