Fue el primogénito de nueve hermanos, hijos del abogado jalisciense José Guadalupe López Velarde y María Trinidad Berumen, jerezana de Zacatecas. A la semana de su nacimiento fue bautizado con el nombre de Ramón Modesto López Velarde Berumen en la iglesia parroquial por su tío Inocencio López Velarde, hermano de su padre y presbítero del lugar. Eran los tiempos de don Porfirio Díaz, quien ya iba por su tercer periodo presidencial y todavía le faltaban más de 20 años en el poder.
Su afición por el conocimiento se develó desde muy temprana edad. En 1894 ingresó en la Escuela Morelos de Jerez y destacó con sus composiciones escolares y sus excelentes calificaciones. En 1898, la familia se mudó a la ciudad de Aguascalientes, ya que su padre había sido nombrado notario público en la capital de ese estado, y el pequeño Ramón debió continuar sus estudios en la Escuela Sóstenes Olivares. Pronto, en 1901 se incorporó al Seminario Conciliar y Tridentino de Nuestra Señora de Guadalupe, en donde permaneció hasta 1902. Su formación, apegada a los preceptos católicos, causó honda huella en sus escritos posteriores, en los que a menudo hizo de pasajes y personajes de la Biblia su fuente de inspiración.
Mas hoy es un vinagre mi alma, y mi ecuménico dolor un holocausto que en el desierto humea. Mi Cristo, ante la esponja de las hieles, jadea. Con la árida agonía de un corazón exhausto. [Incluido en Zozobra, p. 100 del pdf.]