Lágrimas y más lágrimas: sufrimiento infantil
Lágrimas y más lágrimas: sufrimiento infantil

Las escenas de niños y niñas llorando, afectados por circunstancias ajenas que no pueden controlar, fueron una de las constantes en las representaciones de la infancia del cine de oro mexicano. Vale la pena considerar que esas imágenes se han usado en distintos contextos para conmover emocionalmente 7. Por lo tanto, en el melodrama, el niño, al encontrarse en situaciones difíciles, hace aún más dramática cualquier escena, pues tiene una capacidad mayor de trastocar las emociones del público 8.

Entre las diversas escenas que influyen en el sufrimiento infantil que alimentó el melodrama en las películas de esa época está la pérdida de uno o de los dos padres. En la película La pequeña madrecita se puede ver la escena del niño Pepito frente a su madre que está a punto de morir. Su llanto, acompañado de la negación de la situación que vive su madre son elementos centrales de los melodramas en donde aparecen los niños y niñas.

Angelitos negros

El abuso y la falta de cariño, sobre todo materno, también suelen aparecer como un detonador del sufrimiento infantil, como sucede en Angelitos negros (J. Rodríguez, 1948), cuando la protagonista, una niña afrodescendiente, se pinta la cara de blanco para lograr que su madre racista la quiera, o en El papelerito (A. Delgado, 1951), donde uno de los actores principales sufre porque su mamá lo regaña por no conseguir suficiente dinero.

Los gavilanes

Los pequeños y pequeñas también radicalizaron el drama en el cine al ser víctimas de disputas entre adultos de las que generalmente salían lastimados, como se muestra en esta escena de Los gavilanes (V. Oroná, 1956), en la que una mujer y un empleado de hacienda se arrebatan mutuamente a un pequeño que grita y llora durante toda la pelea, aportándole un extra a la de por sí dramática acción de separar a un pequeño de los brazos de su madre.

Los gavilanes