Colorante orgánico de origen animal de tradición indígena

A diferencia de la tradición medieval que recurrió a minerales como el minio para obtener un color rojizo, en el mundo mesoamericano destacó el uso del insecto Dactylopius coccus, conocido popularmente como grana cochinilla, cuyo color resultante es el de un rojo vívido.

Representación de una cochinilla en el Códice Magliabechiano Messicano. Cultura náhuatl. Siglo xvi d.C.

Colorante orgánico de origen vegetal de tradición indígena

La utilización de vegetales para elaborar colorantes fue ampliamente desarrollada en la tradición escrituraria mesoamericana. Uno de los colores más apreciados era el tono azul, pues culturalmente simbolizaba la belleza. Un vegetal empleado para la elaboración del colorante azul fue la flor de la planta matlalxóchitl.

Flor de matlalxóchitl representada en el Códice Badiano. Cultura náhuatl. Siglo xvi d.C.

Tinta ferrogálica de tradición europea

En el mundo europeo medieval se utilizó primordialmente la tinta ferrogálica o metálica, elaborada con una combinación de ingredientes provenientes de la nuez de agallas, vidrio y goma. Si la fórmula no estaba bien balanceada, los componentes metálicos generaban una oxidación excesiva que podría dañar un soporte frágil como el papel.

Representación de dos religiosos españoles firmando con tinta ferrogálica en el Códice Yanhuitlán. Cultura novohispana representada por indígenas mixtecos. Siglo xvi d.C.

Uso combinado de tinta ferrogálica y colorantes orgánicos

El Códice Sierra-Texupan es una muestra del enriquecimiento escriturario que se dio tras el contacto cultural, pues se utilizó tinta ferrogálica de fórmula medieval, así como colorantes orgánicos de tradición mesoamericana. En la imagen destaca el uso del color rojo elaborado a partir del insecto de la cochinilla.

Registro de contabilidad en una población mixteca para la administración colonial en el Códice Sierra-Texupan. Cultura nahua-mixteca. Siglo xvi d.C.