lupa
La memoria de María Guadalupe Suárez, nuestra memoria
La memoria de María Guadalupe Suárez, nuestra memoria
Elizabeth Chávez Serrano
Maestría en Patrimonio Cultural de México Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

María Guadalupe Suárez Alarid fue una fotógrafa y editora mexicana de finales del siglo xix. Es considerada una de las primeras mujeres en montar un estudio fotográfico en la Ciudad de México, en 1880. Resalta el dato curioso de que ella construyó los muebles y artefactos para su local con sus propias manos (La Libertad, 21 de enero de 1881). De su obra sólo se conserva una pequeña parte: 17 imágenes de su serie titulada Álbum Fotográfico de México, que nos muestran edificios de la época y que corresponden al género de las “vistas arquitectónicas”.

Por su nombre, “Guadalupe Suárez”, se pensó durante mucho tiempo que era un autor varón, al menos hasta 2011, según cuenta la investigadora Laura Castañeda, quien la rescató como figura pionera entre las fotógrafas mexicanas capitalinas. En 2019 un grupo de especialistas (Aguayo, Valencia y Carreón) determinaron que al menos cinco imágenes sin firma, dos de ellas atribuidas a Alfred Briquet, fotógrafo de la misma época, son realmente obra de María Guadalupe, ya que las cualidades técnicas y compositivas son muy parecidas a las de Suárez.

1
 

 



El caso de Suárez destaca por la dificultad que debió entrañar para una mujer mexicana —quizá con corsé, vestido largo y peinado alto, como dictaba la moda de entonces— dedicarse a capturar edificios en la década de 1880. En aquel tiempo la fotografía como profesión y sus formatos más exitosos, como la carta de visita y las vistas, fueron campos dominados por varones, y además extranjeros, pues en esa época apenas comenzaban a ganar reconocimiento los autores mexicanos.

La singularidad de esta presencia femenina aumenta cuando se piensa en todo lo que implicaba realizar su trabajo: recorrer las calles de la ciudad, trasladar equipo pesado, capacitarse en el uso de nuevos artefactos y técnicas cuando la educación de las mujeres era muy limitada, invertir en un establecimiento siendo huérfana, promocionar sus vistas y, además, firmar como autora, editora y propietaria del estudio fotográfico. Todo esto, en el contexto del México decimonónico que, aún en la capital del país, permaneció renuente a los cambios que comenzaban a gestarse en torno a los derechos y la autonomía de las mujeres, ya que, en aquel tiempo, éstas estaban supeditadas al padre, al abuelo, al tío, al hermano, al esposo, al hijo o incluso a un párroco.

A 140 años de la primera publicación conocida de una fotografía de María Guadalupe Suárez, la intención de nombrarla en su rol disruptivo como pionera en la producción y edición de vistas por parte de mujeres, y revisitar ciertos lugares de la Ciudad de México y su patrimonio arquitectónico a través de su mirada, obedece a la necesidad de reconstruir nuestra memoria mediante de la revelación de la suya. “Hacer memoria” juntas para recuperar la visión de esta mujer, cuya obra visibiliza su experiencia y, al mismo tiempo, nos visibiliza también como herederas suyas y de muchas otras mujeres, de quienes aún no conocemos sus rostros, pero que sus aportes nos soportan.


2