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Tradición de lucha en el estado de Morelos
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Tradición de lucha en el estado de Morelos

Calles, avenidas, comercios, parques, escuelas, centros deportivos, colonias y hasta un municipio en Morelos llevan el nombre de Emiliano Zapata. Sin embargo, el zapatismo morelense no es el de las estatuas, sino el de su tradición de lucha en defensa del territorio. Los campesinos del estado suriano ya habían comenzado a organizarse para la recuperación de tierras meses antes de que Francisco I. Madero convocara a la insurrección en noviembre de 1910. Luego de que éste decretara el fin del movimiento, se mantuvieron alzados en armas.

Con el Plan de Ayala como programa de lucha, tomaron haciendas y plantaciones que les habían sido arrebatadas en décadas anteriores. Esta determinación, y su negativa a disciplinarse ante los líderes hegemónicos del momento, le valieron a Emiliano Zapata señalamientos de intransigente y violento. Aunque, la historia ha sabido desechar las descalificaciones y resaltar su valor como revolucionario; no ha sido sólo la historiografía que se hace en la academia sino, sobre todo, los pueblos, en particular el del estado natal del Caudillo del Sur, que han aprendido las lecciones y continuado su legado. Zapata vive.