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Negritud, infidelidad y brujería en Nueva España. Estigmas contra la comunidad africana

Con el establecimiento de las leyes de Castilla y de Indias en Nueva España se logró diferenciar jurídicamente a españoles e indios. Sin embargo, los evangelizadores y letrados observaron el problema para “incorporar” de forma legal a los hijos de esta unión. Para la Corona española las relaciones entre distintas castas no suponían delito alguno pero algunas autoridades como el virrey don Luis de Velasco, llamaron la atención por el de las que consideraba un peligro para el “buen orden y gobierno”; lo mismo que la Inquisición que señalaba a los esclavos africanos susceptibles a la brujería.

Si bien los argumentos raciales hacia los esclavos africanos, en el imperio español, no tenían el mismo peso que en la angloamérica colonial dada la movilidad social que se generó en los virreinatos americanos, en especial en Nueva España permite suponer que la razón de esto se justificaba por una cuestión económica: el comercio de esclavos. No cabe duda que los miembros de la nobleza novohispana, quienes se podían dar el lujo de comprarlos, se sintieran atraídos sexualmente por su servidumbre, y en muchos casos procrearon descendencia que en ocasiones era reconocida, en otros no, cómo puede leerse en El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi.

Aunque la composición social levantó curiosidad en Europa por conocer el Nuevo Mundo, y para cubrir la demanda varios pintores novohispanos y peruanos realizaron cuadros de castas donde se catalogan poco más de 500 grupos, con nombres tan curiosos como “saltapatrás”, “notentiendo”, “lobo”, entre otros. En el aspecto jurídico sólo eran denominados como “españoles”, “indios” “castas”, “negros”, siendo estos últimos sospechosos por el Tribunal del Santo Oficio de conjurar al demonio y cometer actos de brujería. Sin embargo, una lectura cuidadosa sobre los documentos generados por la Inquisición parece confirmar que existía una complicidad entre los dueños de los esclavos y la Iglesia para desembarazarse de una infidelidad.