Piedra de Sol, monumento votivo al Sol
En el amplio universo iconográfico de la arqueología mexicana, la Piedra de Sol es una de las principales figuras solares de la cosmovisión mexica y una de las piedras más grandes halladas a finales del siglo xviii. La Piedra de Sol es un monolito de basalto olivino de 3.54 metros y su peso fue calculado por Alexander von Humboldt en 24 toneladas. Fue encontrado en las inmediaciones de la Plaza Mayor el 17 de diciembre de 1790, tras las obras de remodelación urbana.
El hallazgo de esta pieza hizo pensar a las autoridades del Palacio Mayor que se trataba de un objeto de veneración. Su descripción, medición, pesaje y dibujo fue ordenado por el virrey Revillagigedo y trasladado a la Real y Pontificia Universidad de México para su estudio. Posteriormente, se colocó al poniente de la torre occidental de Catedral, donde permaneció en calidad de “apreciable monumento de antigüedad indiana” de 1790 a 1885, cuando fue llevado al Museo Nacional a petición del director Jesús Sánchez, quien inició las operaciones para su reubicación. Leopoldo Batres en su libro Piedra de Agua extrae la descripción que hizo Humboldt del monolito: “se trata de un pórfido trapeano gris-negro de base wacke basáltico: examinando con atención algunos fragmentos reconoció anfíbola, numerosos cristales muy alargados de feldespato vidrioso, y como cosa notable, pajitas de mica. El ilustre sabio hace notar que ningunas de las montañas que rodean la capital a 8 o 10 leguas de distancia, ha podido dar con un pórfido de este grano y color, lo cual manifiesta la gran dificultad que tuvieron los toltecas para transportarla hasta su templo mayor”.
Batres arguye que según Antonio de León y Gama “es un calendario azteca que señala las fiestas religiosas y un reloj solar que servía a los sacerdotes para sus fiestas y sacrificios. El señor Lic. Alfredo Chavero opina: que no puede ser un calendario por faltarle los elementos indispensables para el cómputo del tiempo, es más bien un monumento votivo al Sol, sobre lo cual se verifican sacrificios y lo designa con el nombre de la Piedra de Sol”. En esta colección se muestran figuras y documentos alusivos a la Piedra de Sol que han dado cuenta de su devenir. Esta pieza se colocó en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología en junio de 1964.