A decir del historiador Pedro Salmerón, el elemento principal de la estructura de la División del Norte son las brigadas. Explica que, tras el llamado a las armas hecho por Francisco I. Madero, los rebeldes respondieron alzándose por regiones que correspondían a una geografía particular, y cada uno de ellos eligieron a su jefe y se aliaron con los insurrectos de pueblos vecinos. Esto dio origen a grupos guerrilleros que se movilizaron por las sierras y llanuras norteñas durante la rebelión maderista y que de manera general mantendrían su identidad corporativa y sus líderes durante las campañas militares e incluso continuarían una vez dentro de la División del Norte. En un primer momento, el propio Francisco Villa era la cabeza de la brigada que llevaba su nombre, hasta que se unió con otros aquel día de septiembre en La Loma. Nellie Campobello, en su libro Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa, nos ofrece también los nombres y los cabecillas de cada una de ellas: “[…] la Morelos, de Tomás Urbina; la Villa, al mando de José Rodríguez; la Benito Juárez, al mando de Maclovio Herrera; la Cuauhtémoc, al mando de Trinidad Rodríguez; la Robles, al mando de José Isabel Robles; la Hernández, al mando de Rosalío Hernández; la Brigada Zaragoza, al mando de Eugenio Aguirre Benavides y del coronel Raúl Madero; la Brigada González Ortega al mando de Toribio Ortega; la Madero, al mando de Máximo García; la Juárez de Durango, al mando del coronel Mestas; la Guadalupe Victoria, al mando del coronel Miguel González.” En esta colección incluimos documentación sobre estos personajes y sus brigadas.