Maclovio Herrera derrota a villistas en Tamaulipas
12 de abril de 1915
Durante la Revolución mexicana se tejieron un sinnúmero de historias dignas de contarse. Muchas de ellas rara vez salen a la luz, o bien porque los relatos son narrados por los vencedores, o porque no quedan testimonios que nos ayuden a darle voz a sus protagonistas. El caso de Maclovio Herrera Cano es una de ellas. En la actualidad, ya se conoce un poco más el drama de su familia que, entre 1916 y 1919, perdió a cinco de sus seis integrantes varones durante el conflicto armado. Fueron condenados a muerte por Francisco Villa. Su delito: haberse pasado al bando carrancista.
Maclovio Herrera nació dentro de una familia de mineros en San Juanico, Parral, Chihuahua, el 15 de noviembre de 1879. Tenía escasas nociones de lectura y escritura, y trabajó en la mina “La Palmilla”. Desde 1909 simpatizó con la causa antirreeleccionista y en 1910 se levantó en armas en Parral. Desde entonces inició su carrera militar. Comenzó a ganar posiciones para la causa villista y a ser muy apreciado por la tropa. Tomó el mando de ésta cuando Villa fue aprehendido por Huerta y después su caballería empezó a tener triunfos importantes. Como explica Doralicia Carmona, participó en la primera toma de Torreón, de Ciudad Juárez y en el ataque frustrado a Chihuahua. “En noviembre de 1913 fue el héroe de la victoria villista en Tierra Blanca y en 1914 participó en los triunfos de Torreón, San Pedro de las Colonias y Zacatecas”.
Sin embargo, a pesar de convertirse en uno de los principales jefes de la División del Norte se negó a desconocer a Carranza como primer jefe, por lo que Villa lo mandó fusilar. En cambio, al no ser encarcelado, continuó obteniendo triunfos, pero ahora para la causa constitucionalista, como la del 12 de abril de 1915, día en que atacaron y derrotaron a Orestes Pereyra y Pedro Bracamontes en Huizachito, Tamaulipas, causando alrededor de 400 bajas. A pesar de ello y de librarse de la muerte a manos de Villa, días después de este triunfo, embarcó a su batallón en un convoy ferrocarrilero cerca de Nuevo Laredo, pero al acercarse a caballo al tren, murió a manos de sus propios soldados, que lo desconocieron. Los hermanos de Herrera no escaparon de la persecución villista y, a decir de Raúl Herrera Márquez, escritor y familiar de los Herrera Cano, murieron cinco, dos de ellos ante el arma del mismísimo Centauro del Norte.