Emiliano Zapata
Pocos personajes de la historia nacional han conservado vigencia a través de los años: Emiliano Zapata es uno de ellos. Siempre actual y que tiene múltiples referentes en la cultura mexicana. Nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, Morelos. Desde joven se percató de las notorias diferencias sociales en su tierra natal, y quizá dicha conciencia lo llevó a involucrarse en temas relativos a su comunidad, por lo que en el año de 1909 fue elegido representante de su pueblo para continuar abogando por la restitución de las tierras. Su compromiso con la causa lo llevó a tal grado que, ante la indiferencia de las autoridades por resolver las exigencias de la comunidad, repartió las tierras del llano de Huajar, Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.
Cuando Francisco I. Madero promulgó el Plan de San Luis para derrocar al régimen de Porfirio Díaz, Emiliano Zapata decidió apoyarlo, ya que dicho plan abordaba en el artículo tercero la restitución de los terrenos a sus antiguos poseedores o herederos a quienes, también, en determinados casos, se les debería dar una indemnización. Las fallidas negociaciones entre Zapata y Madero llevaron al morelense a poner en papel aquellas ideas con las que creía que se le haría justicia al pueblo. El plan de Ayala fue promulgado el 28 de noviembre de 1911 y es un texto clave para explicar los años posteriores de Zapata y el movimiento agrario que encabezó. En esta colección se reúnen diversos objetos referentes al Caudillo del Sur. Las obras gráficas nos ayudan a ver cómo poco a poco se definió la figura de Zapata; las piezas seleccionadas integran elementos representativos, como el característico sombrero, y también el lema de “Tierra y Libertad”, que sintetiza las demandas de los campesinos. En el caso de los documentos, éstos dan cuenta de los últimos días de Zapata, y pueden revisarse con más detenimiento en la exposición “Morir en Chinameca”.