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México y Chile: entre el fútbol y la diplomacia
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México y Chile: entre el fútbol y la diplomacia

Si juzgáramos por la prensa, resulta extraña la obsesión por retomar un partido de fútbol a 10 días de la agresión pinochetista contra el régimen de Salvador Allende.

Las naciones mexicana y chilena tienen una larga historia de amistad, contiendas deportivas y reciprocidad diplomática. Bertha Singerman y Gabriela Mistral trabajaron por la educación y el acercamiento de nuestras culturas entre 1922 y 1923, pero un enfrentamiento para el abstracto de ambos pueblos ocurriría después. El 5 de junio de 1928, sus selecciones de fútbol disputaron su primer partido. El equipo austral ganó 3 a 1.

Adolfo López Mateos fue el primer presidente que visitó Santiago de Chile, en 1960. Luis Echeverría lo hizo en 1972, pero rompió relaciones luego del golpe de Estado en septiembre de 1973. Éstas se restablecerían en 1990. Aquellos diplomáticos no están en el imaginario de ninguno de nuestros pueblos, acaso los historiadores conozcan de aquellos servidores públicos. Ambos países fueron sede del Campeonato Mundial: Chile en 1962 y México en 1970. El balompié es muy popular en las dos naciones, a tal grado que dichos encuentros están más presentes en la conciencia de la gente que la historia de sus relaciones diplomáticas. En las eliminatorias de 1961, México enfrentó en Wembley al equipo de Inglaterra un fatídico 10 de mayo en el que nos superaron 8 a 0. Sin embargo, “el Tri” sí calificó y ya en Viña del Mar enfrentó a España (0 a 1) y a Brasil (0 a 2). Dos copas del mundo después y un domingo 10 de agosto de 1969, Chile perdió su eliminatoria contra Uruguay 2 a 0. No clasificó para el Mundial en la capital azteca. Rumbo a la Copa América Centenario de 2016, Chile —campeón defensor— perdió por la mínima diferencia; llegados a los cuartos de final, el país austral ganó 7 a 0. Pocos saben que el gobierno de la Patria Nueva envió a México un destacamento naval en 1821. Comandante de la escuadra, Thomas Cochrane era un capitán de la Armada inglesa y miembro de su Parlamento. Servía a su Corona en todo pleito contra España. Llegó a principios de 1822 a la bahía de Acapulco para saludar la Independencia y a su líder, Agustín de Iturbide. Mucha gente, en cambio, recuerda cómo quedaron los partidos de fútbol, a sus goleadores y los estadios donde se libraron estos encuentros.