Así, tras 15 días de trabajo, Ignacio Salas Obregón, líder de los Procesos (movimiento de cristianos radicales de Monterrey), logró organizar a diferentes grupos con intereses similares, como el Frente Estudiantil Revolucionario, el Movimiento Estudiantil Profesional (estudiantes cristianos), Los Enfermos de Sinaloa (estudiantes de la Federación de Estudiantes y Egresados Universitarios de Sinaloa, feus), el Comando Lacandones (estudiantes del ipn y de la unam), Los Guajiros de Baja California, la mayoría de los Feroces de Guadalajara, y otros más, para llevar a cabo la fundación de la Liga inspirados en el asalto al Cuartel Madera, en Chihuahua, en 1965. La organización estuvo compuesta por más de mil integrantes, la mayoría jóvenes de entre 17 y 25 años, que se distribuyeron a lo largo de todo el país.

Su estructura estableció cuatro niveles de acción: reclutamiento, propaganda y publicidad, preparación para la guerrilla y la llamada “brigada roja”, máximo grado de operación con miembros destacados y adoctrinados al ideal del grupo armado. La Liga organizó asaltos a sucursales bancarias, secuestros y enfrentamientos con los integrantes de la Dirección Federal de Seguridad (dfs)y su “brigada blanca”, agentes federales especializados en perseguir y exterminar movimientos guerrilleros. Sin embargo, problemas internos, fallas en la comunicación, traiciones e infiltraciones de la dfs provocaron que un año después de su creación, la Liga perdiera potencia. La captura y desaparición de líderes y de otros miembros también mermó su ánimo, y su desmoronamiento ocurrió a principios de los años ochenta.