Su objetivo en aquel entonces era resaltar la importancia de la enseñanza para las personas, las comunidades y la sociedad en general, así como difundir la necesidad de intensificar esfuerzos para lograr que la educación llegara a todas ellas. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, hoy en día la alfabetización se considera un derecho y un medio para alcanzar el desarrollo individual y social, además de ser el eje de la educación y un elemento esencial para erradicar la pobreza, obtener la igualdad de género y garantizar la democracia. Por ello, aunque parecería que a estas alturas ya no se necesita este tipo de enseñanza, hay varias zonas del mundo en las que todavía los adultos carecen de las habilidades básicas de lectura, escritura y aritmética. Asimismo, según la misma institución, son alrededor de 264 millones de niños y jóvenes quienes no asisten a la escuela. Por esta razón a pesar de que se ha avanzado mucho en este aspecto, aún se requiere tomar medidas que impacten más a las zonas que no han podido asegurar a sus pobladores el acceso a la instrucción. Un concepto que se ha desarrollado, en estos últimos años, es la de la alfabetización digital que ahora busca ayudar a las personas a adquirir los conocimientos básicos para manejar este tipo de herramientas, las cuales se han convertido en indispensables tanto para las actividades cotidianas como para acceder más fácilmente al campo laboral. Sea una o la otra, el Estado debe velar para que los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de acercamiento a ellas.