Lázaro Cárdenas y el petróleo
Lázaro Cárdenas del Río fue el primer presidente del México posrevolucionario en gobernar México acorde al Plan Sexenal elaborado por una comisión de estudio del Partido Nacional Revolucionario (pnr). En ese documento se estableció el objetivo de nacionalizar el petróleo mexicano. Sin embargo, para conseguirlo, Cárdenas tuvo que implementar una estrategia político-económica.
El primer paso fue crear una alianza política con los diversos sectores, lo que le permitió expulsar a Plutarco Elías Calles de la escena nacional. Así, entre 1935 y 1936, el maximato llegó a su fin, y, con ello, Cárdenas logró establecer las pautas que su gobierno seguiría.
Posteriormente afianzará el apoyo de los sectores sociales que consideraba pilares del desarrollo nacional: obreros y campesinos, con los que impulsó la creación de las centrales que aglutinaron a ambos grupos que, en marzo de 1938, se convirtieron en la base principal del mismo partido, ahora renombrado Partido de la Revolución Mexicana (prm). Esta reorganización permitió fortalecer al Poder Ejecutivo nacional.
Cárdenas, como buen estadista, comprendió que la situación internacional sería propicia para la expropiación del petróleo: la Guerra Civil española, la guerra chino-japonesa, el ascenso y avance del fascismo en Europa y la política estadunidense de la Buena Voluntad, entre otras.
Finalmente, cuando las compañías extranjeras desatendieron los fallos de los tribunales mexicanos y exigieron la imposición de leyes de extraterritorialidad para resolver un conflicto obrero-patronal, y aprovechando la reforma a las leyes de expropiación expedida por el Congreso, el Ejecutivo actuó en concordancia y tomó la decisión de nacionalizar la industria petrolera en marzo de 1938.