Debido a ello, estas facciones seguían levantadas en armas por los territorios que dominaban con la intención de ejercer presión sobre el nuevo gobierno para que diera cauce a los compromisos adquiridos desde aquel octubre de 1910. Una de ellas fue el zapatismo. De esta manera, a 22 días de que Madero asumiera la presidencia, fue promulgado el Plan de Ayala, encargado por Zapata a uno de sus principales colaboradores, el profesor Otilio Montaño, a principios de ese mismo mes. Según el veterano zapatista Porfirio Palacios, Montaño redactó este documento en el pueblo de Jumiltepec, municipio de Ocuituco, cercano a los límites con Puebla. Antes de ser dado a conocer, fue discutido por los líderes zapatistas y se esperó una vez más a que Madero resolviera sus exigencias. Al toparse con una nueva negativa, se decidió promulgar y difundir el plan, hecho que tuvo lugar en el pueblo de Ayoxustla, municipio de Huehuetlán el Chico, Puebla, el 28 de noviembre de 1911.

El contenido de este texto está dividido en 15 puntos en los cuales se explica la razón del movimiento, sus objetivos, identidad y los ejes que conducirían su lucha, además toca temas como el reparto agrario y la seguridad de viudas y huérfanos de la Revolución, entre otros. De acuerdo con el historiador Felipe Ávila, “para entender al zapatismo y su influencia en la historia social del México contemporáneo, es necesario partir del Plan de Ayala, que es […] el escrito básico y clave para explicar el movimiento suriano”. Para recordar esta fecha recopilamos textos e imágenes alusivos a este documento y recomendamos también acercarse a la muestra “Versiones del Plan de Ayala”, ubicada en la sección de exposiciones de Memórica.