De la tradición adivinatoria a la observación astronómica
Las civilizaciones mesoamericanas desarrollaron conocimientos de observación astral, de tal suerte que muchos de esos saberes se expresaron en estelas, cerámica y formas monumentales míticas y religiosas que ordenaron el cosmos mesoamericano y el universo de los dioses. En el periodo de la colonización española fue muy importante dominar el conocimiento indígena en los ámbitos de la herbolaria, en las creencias y en las prácticas astronómicas.
Los tratados occidentales pasaron al Nuevo Mundo como libros de cosmología que se leyeron en bibliotecas novohispanas, principalmente custodiados por algunos miembros inquisitoriales, médicos y clérigos. Aunque los métodos de observación se censuraron y persiguieron por la Inquisición, algunas obras escritas en latín y en lenguas romances formaron parte de las bibliotecas que atesoraban los saberes místicos y religiosos dando curso a un sinnúmero de tratados ilustrados que fueron trazando el campo de la ciencia en la Nueva España y más tarde en el México independiente. La meteorología, la astrología, la quiromancia y los conocimientos de los ciclos lunares dieron contenido a prontuarios y almanaques. Aunque algunos observatorios antiguos se descubrieron por la arqueología al finalizar el siglo xix, varios pueblos originarios siguieron practicando sus tradiciones astronómicas aplicadas a la agricultura y la pesca. La predestinación de diversos eventos quedaba marcada por fenómenos naturales y entre muchos saberes recogidos por cronistas, más tarde se comprobaron por etnólogos que confirmaron la precisión de los métodos de registro. La importación posterior de teorías, tecnología y proyectos para establecer modernos emplazamientos como el Observatorio Astronómico Nacional en Chapultepec instalado el 5 de mayo de 1978 o el Observatorio Astrofísico en México en Tonantzintla, Puebla, en 1942, dan cuenta de una carrera científica que poco a poco se fue profesionalizando. Las comisiones de astrónomos se especializaron y los reportes de sus viajes de intercambio y formación, por ejemplo a Japón, fortalecieron este ámbito que predice en la actualidad sucesos climatológicos, meteorológicos y naturales. Memórica te invita a sumergirte en esta colección en la que describe la apasionante historia de las ciencias de la observación en México, como la astronomía, y artefactos tan importantes para su desarrollo, como el telescopio.