Debido a su actividad como abogado, tuvo la oportunidad de conocer de cerca los problemas sociales que caracterizaron la cuestión agraria durante el Porfiriato, entre los que se incluían el acaparamiento de tierras por parte de la élite y el despojo de las comunidades indígenas y mestizas. Gracias a estas experiencias, Molina pudo elaborar su propuesta sociológica enmarcada en los postulados de la filosofía positivista, el organicismo y el evolucionismo. También tuvo una participación importante como etnólogo al frente de una cátedra en el Museo Nacional, la cual impartió hasta 1930. Fue en 1909 que apareció la que se considera su obra cumbre: Los grandes problemas nacionales, en la que ofrece un diagnóstico de la difícil situación política y social del México en aquel entonces, la cual se convertiría en una influencia importante para la ideología de la Revolución. Durante los años del conflicto armado, Molina se mantuvo activo, promulgó planes, colaboró con Luis Cabrera, ocupó diversos cargos públicos, ejerció la docencia y continuó con la publicación de sus obras. Algunas de ellas las reunimos hoy en esta colección con la que recordamos a este importante intelectual mexicano, que murió el 1° de agosto de 1940.