Otra parte de la administración porfiriana a la que criticaron fuertemente en Regeneración fue a los funcionarios públicos. El grupo de editores reconoció el deterioro en aquel brazo del gobierno, por lo que se dedicaron líneas para exponer los casos en los que no se cumplían desde jornadas laborales completas hasta señalar que gozaban de una investidura invulnerable. En esta columna se da cuenta sobre la parcialidad de un juez en Sinaloa que ofreció una remuneración económica al demandante si desistía la acusación. El acto se hizo público y el juez mismo intentó defenderse argumentando que lo habían difamado. La reflexión que se ofrece en esta publicación se concentra en la falta grave de los funcionarios públicos que procedían de manera irregular en sus actividades diarias. En repetidos números se hace pública esa vigilancia por lo que este impreso es una valiosa fuente para conocer los agravios cometidos por las autoridades.