A lo largo de la historia de la humanidad, el humor y la risa han jugado un papel importante en la vida de las personas. En el siglo xix la prensa los utilizó para denunciar la situación de miseria del pueblo, los excesos del gobierno y de la clase política y, sin duda, el medio más eficaz y de mayor impacto para este objetivo fueron las publicaciones ilustradas de oposición. Sin titubear, los caricaturistas, verdaderos artistas plásticos, difundieron sus ideales políticos a través de las páginas de las revistas y periódicos más feroces e incisivos de la época.
A lo largo de la historia de la humanidad, el humor y la risa han jugado un papel importante en la vida de las personas. En el siglo xix la prensa los utilizó para denunciar la situación de miseria del pueblo, los excesos del gobierno y de la clase política y, sin duda, el medio más eficaz y de mayor impacto para este objetivo fueron las publicaciones ilustradas de oposición. Sin titubear, los caricaturistas, verdaderos artistas plásticos, difundieron sus ideales políticos a través de las páginas de las revistas y periódicos más feroces e incisivos de la época.
Durante la segunda mitad del siglo xix, una gran cantidad de publicaciones periódicas de oposición ilustradas con caricaturas circularon a lo largo y ancho del país, dirigidas, fundadas y sostenidas por periodistas que buscaron exponer los problemas nacionales y criticar el actuar de la clase política de México a través de la sátira y la burla con la intención de hacer partícipe al pueblo del acontecer nacional.
Algunos de los muchos periodistas y caricaturistas que pusieron sus plumas al servicio de la causa liberal reformista fueron Vicente Riva Palacio, Santiago Hernández, Daniel Cabrera, Filomeno Mata, José María Villasana, Constantino Escalante, Vicente Torres, Tirso Tinajero y Jesús Martínez Carrión. Lentamente la trayectoria de estos artistas ha sido recuperada a través de estudios, tesis, exposiciones e investigaciones. Gracias a esta labor se han conocido sus historias y la importancia de su trabajo en la construcción de la historia de la caricatura en México en el siglo xix. En este contexto se enmarca esta exposición que busca, por un lado, rescatar la trayectoria de Daniel Cabrera Rivera, periodista, caricaturista de oposición y director fundador del semanario dominical El Hijo del Ahuizote, publicación que de forma feroz criticó el régimen del general Porfirio Díaz, expuso los excesos de la élite política, el poder del clero, el intervencionismo yanqui, el centralismo, el caciquismo, el militarismo, las sistemáticas violaciones a la Constitución, la reelección presidencial indefinida, entre muchos otros temas que de forma incisiva señaló el periódico. Por otro lado, es un homenaje a El Hijo del Ahuizote, a 137 años de la aparición de su primer número, el domingo 23 de agosto de 1885.
Durante la segunda mitad del siglo xix, una gran cantidad de publicaciones periódicas de oposición ilustradas con caricaturas circularon a lo largo y ancho del país, dirigidas, fundadas y sostenidas por periodistas que buscaron exponer los problemas nacionales y criticar el actuar de la clase política de México a través de la sátira y la burla con la intención de hacer partícipe al pueblo del acontecer nacional.
Algunos de los muchos periodistas y caricaturistas que pusieron sus plumas al servicio de la causa liberal reformista fueron Vicente Riva Palacio, Santiago Hernández, Daniel Cabrera, Filomeno Mata, José María Villasana, Constantino Escalante, Vicente Torres, Tirso Tinajero y Jesús Martínez Carrión. Lentamente la trayectoria de estos artistas ha sido recuperada a través de estudios, tesis, exposiciones e investigaciones. Gracias a esta labor se han conocido sus historias y la importancia de su trabajo en la construcción de la historia de la caricatura en México en el siglo xix. En este contexto se enmarca esta exposición que busca, por un lado, rescatar la trayectoria de Daniel Cabrera Rivera, periodista, caricaturista de oposición y director fundador del semanario dominical El Hijo del Ahuizote, publicación que de forma feroz criticó el régimen del general Porfirio Díaz, expuso los excesos de la élite política, el poder del clero, el intervencionismo yanqui, el centralismo, el caciquismo, el militarismo, las sistemáticas violaciones a la Constitución, la reelección presidencial indefinida, entre muchos otros temas que de forma incisiva señaló el periódico. Por otro lado, es un homenaje a El Hijo del Ahuizote, a 137 años de la aparición de su primer número, el domingo 23 de agosto de 1885.