De manera similar a lo ocurrido en otras disciplinas deportivas, la participación de la mujer en el automovilismo deportivo siguió una espiral ascendente prácticamente a la par de los movimientos sociales que cuestionaban la desigualdad de género en las sociedades de su tiempo. Jacqueline Evans es uno de los referentes más importantes de la incursión femenina en los deportes de motor. La también actriz fue participante puntual de todas las ediciones de la primera época de la Carrera Panamericana.
José Alfredo Hernández Padilla,
Así fue... La Carrera Panamericana 1950-1954,
Multilibros, 2014, p.
49.
José Alfredo Hernández Padilla,
Así fue... La Carrera Panamericana 1950-1954,
Multilibros, 2014, p.
41.
Aunque no terminó ninguna de esas competencias por diferentes problemas mecánicos, la importancia de Jacqueline Evans para el deporte mexicano no debe pasarse por alto, especialmente si consideramos que su carrera deportiva fue una afrenta al marcado machismo de la sociedad mexicana. En la prensa nacional de la época podemos encontrar cuestionamientos a sus capacidades como pilota, ya sea por su origen extranjero o por su género. Jacqueline Evans fue también una figura con visibilidad política, algo que podemos comprobar cuando, en la Carrera Panamericana de 1954, unió su nombre al de la también actriz y política argentina Eva Perón en la pintura de su Porsche 356.
Casasola / INAH,
Jacqueline Evans, corredora de autos,
preparándose para
conducir uno en una competencia,
ca.
1950.
Casasola / INAH,
Jacqueline Evans con ropa deportiva y raqueta en un jardín,
1948.
José Alfredo Hernández Padilla,
Así fue... La Carrera Panamericana 1950-1954.
Multilibros, 2014, p. 68.
José Alfredo Hernández Padilla,
Así fue... La Carrera Panamericana 1950-1954,
Multilibros, 2014, p. 100.
