El desarrollo tecnológico del automóvil trajo consigo una importante transformación del espacio que habitamos como sociedad. A la revolución urbana que significó la pavimentación de calles y avenidas le sucedió una de mayor envergadura una vez que inició la construcción de carreteras al interior de los territorios nacionales de todo el mundo.
En México, la construcción de carreteras surgió como una red de apoyo para el ferrocarril, especialmente en los poblados de difícil acceso. A partir de los años treinta del siglo pasado, la red carretera aceleró su expansión, convirtiéndose en una prioridad incluso de naturaleza militar. Es en este contexto que se proyecta en 1936 la construcción, en colaboración internacional, de una carretera continental en América, dando a luz a la Carretera Panamericana.
La construcción de carreteras se unió a una serie de factores que estimularon el crecimiento de la industria automotriz en México. El uso del automóvil se aceleró durante la primera mitad del siglo xx, influyendo en la economía, los negocios, el ocio y la cultura.