Los rollos perdidos de Pancho Villa
Los rollos perdidos de Pancho Villa
Álvaro Rodríguez Luévano
Subdirector de Contenidos Históricos y Culturales Memórica-AGN
Gregorio Rocha fue uno de los realizadores documentalistas más influyentes en el gremio de los superocheros. Investigador de fina cepa, en los últimos años y tras su inesperada partida constituye una de esas piedras de toque fundamentales en el tránsito de los medios portátiles y al self-film documental. Con una capacidad de asombro indescriptible y una pasión por los objetos y temas antiguos. Rocha es un autor diletante, hermenéutico y sobre todo un pesquisidor de los casos imposibles.
Su obra Los rollos perdidos de Pancho Villa, es una pieza clave para la historia de los documentales mexicanos que tratan sobre documentos históricos del siglo xx y que acarician lúcidamente el siglo xxi. De una actualidad incontestable en ésta, Rocha pone en juego varias operaciones metodológicas que tienen que ver con episodios célebres de la historia de la Revolución mexicana, al ocuparse de un fragmento extraviado de la vida de Pancho Villa.
Rocha también es un precursor del documental en primera persona, donde él mismo realiza una película prescindiendo de camarógrafo, director y guionista porque termina ocupando todas esas funciones, al tiempo que intermediario y protagonista, además de animar el curso de la propia investigación sobre un fragmento de un lote fílmico de Villa perdido. Rocha es un detective y entrevistador de tres agentes nodales: Pancho Villa, la gente de su terruño y el misterio del propio imaginario villista que resulta avasallante.
En Los rollos perdidos de Pancho Villa, Rocha es un agente que sigue la pista y las huellas de una película perdida: The life of the General Villa, un proyecto cinematográfico contratado por Villa con la Mutual Film Corporation y que los mismos acervos fílmicos norteamericanos lo consideran actualmente extraviado. Los fragmentos de ésta forman parte de una colección conocida como “seffens reels”, se trata de algunos rollos que se encuentran en los archivos fílmicos de la Library of Congress y que abren enormes interrogantes sobre el paradero de la unidad fílmica.
Rocha confiesa: “me gusta hacer preguntas a las imágenes antiguas”, e inmediatamente le pregunta a Villa, “¿quién eres tú frente a la cámara?” sospechando la materialidad espectral de la leyenda. “¿Quién tomó tu imagen?, ¿dónde estabas?, ¿qué pensabas? A ti general Villa te cuestiono: ¿qué le sucedió a la película que filmaste en 1914?”.
Este interrogatorio supone una manera de inquirir las imágenes del pasado con los recursos de la historia, de la antropología visual, pero también de incursionar en una arqueología fotográfica y cinematográfica. Hurgar y rastrear el destino incierto de los rollos de celuloide que yacen en las latas oxidadas y olvidadas de un proyecto moderno. La construcción del revolucionario del siglo xx, la fabricación del ejército más temible de la historia de México: el ejército villista, el paradero de unos rollos probablemente escondidos.
Las mutaciones de Villa como personaje fueron documentadas por el cine en su etapa silente y suponen también, la relativización y la suspensión de una verdad monolítica, son la sublimación de las potencias propagandísticas que suscitaron las imágenes cinematográficas y los montajes que impulsaron la diseminación fantástica de su figura arquetípica, aquella que subyace y resiste al paso del tiempo y la inmortalizó de una y otra forma.
En su búsqueda metahistórica, Rocha se dispone a buscar los rollos perdidos por todo el mundo si es preciso. Emprende su ruta hacia Londres donde se entrevistó con el historiador del cine: Kevin Brownlow y quien le ofreció unas valiosas pistas para montar su cuartel de búsqueda en Nueva York cerca de los archivos históricos y hemerográficos. Otro indicio lo pudo rastrear con agentes holandeses y franceses, la trazabilidad de la pesquisa lo lleva de un especialista cinematográfico a otro, de una llamada anónima a un consejo de búsqueda por recomendación de sus informantes en Ojinaga. Rocha viaja por aire, tierra y mar, transita aeropuertos y garitas, atraviesa ciudades, cruza las fronteras y sobre todo camina y registra como un explorador moderno, cámara Súper 8 en mano, a su paso por los propios terrenos que Villa cabalgo y donde vivió. Dice Rocha una vez que ha reunido algunas pistas: “la historia del cine no coincide con la historia de lo real, es más bien la historia de lo imaginario”, de una construcción de la deformación de las batallas y de los contextos bélicos, así se hicieron las películas que se creyeron documentos del pasado, con interpolaciones y superposiciones, con escenificaciones en un estudio o una tina de baño.
Para la confección de su documental, Rocha coleccionó documentos, fotografías, "seffens reels" y testimonios sobre Villa, sin dejar de buscar aquella película silente sobre la vida del caudillo. Barajaba entre sus documentos, copias y evidencias que le permitieron conjeturar junto a otros historiadores, singulares piezas mudas sobre el personaje que se integraron al corpus de dilucidación histórica sobre la cinta muda de la Mutual Film Corporation. Al respecto, sostiene Friedrich Katz sobre el contrato con la productora: Los contratos originales firmados entre “Francisco Villa representado por y a través del general E. Aguirre-Benavides, agente y representante legal debidamente autorizado del dicho Francisco Villa y Gunther R. Lessing… Mutual Film Company… representado por y a través de Frank N. Thayer”, se encuentran en los papeles de Federico González Garza, folio 3057, Fundación Condumex, México.1
Cuando Rocha parece haberse acercado demasiado al paradero de los rollos perdidos, los hallazgos lo conducen por sorpresas y nuevas evidencias. Al revisar éstos en bodegas y depósitos identifica materiales que fueron guardados durante un largo periodo de más de 70 años y que revelan otras escenas e historias sobre el general Villa.
El personaje de Villa de 1914, que en vísperas de atacar la ciudad de Ojinaga era sin duda un Villa determinado militarmente, ahora, en estos nuevos hallazgos se ha transformado en otros Villas diferentes que aparecen en narrativas trastocadas, infladas, trucadas y que llevan al arquetipo del héroe paradigmático, la reconfiguración de la figura del villano, el bandido sin corazón y el forajido sin más ley que la que le dicta su intuición. Pancho Villa toma por asalto el destino de su propia estampa, aquel de la cual todos hablan de haberla visto por lo menos en una ocasión sonriente y de pocas palabras, pero estas versiones del personaje han desaparecido de los registros de las salas donde fue visto por última vez. De los ¨seffen reels", se desprende una alucinante historia de apropiación de imágenes entre los usos del cineasta Charles Rocher quien había informado a Brownlow de sus supuesta autoría y primacía frente a las imágenes de Ojinaga que al ser interrogadas por Rocha cae en la cuenta de que probablemente le pertenecían a otro camarógrafo independiente llamado Charles Pryor socio de Rocher.
De pronto, Rocha se entrevista con el historiador Fernando del Moral González quien le revela de los usos de imágenes documentales tomadas de una película de ficción rodada por el ex militar carrancista Miguel Contreras Torres intitulada: Revolución o La sombra de Pancho Villa donde Villa es sacado de contexto e intentan modificar el origen de sus batallas. Otro descubrimiento curioso e importante para la construcción del imaginario villista es que en algunos fragmentos de la película The life of General Villa de Griffith, al ser cotejadas con escenas de The Birth of a Nation parecen ser las mismas locaciones que conformaron los escenarios de las batallas villistas, incluso el reparto, utilería y efectos. Rocha también descubrió otras cintas perdidas en compilaciones de vistas cinematográficas donde el gobierno de Porfirio Diaz inaugura obras importantes en 1907. En Historia de la Revolución Mexicana de compilación de Julio Lamadrid de 1928, en 1911 la compañía Kalem Films produjo una cinta llamada La mexicana Juana de Arco, cuenta la historia de venganza de la familia Talamantes.
Además de otros hallazgos en Holanda, como el Telegrama de México de 1914, en Francia unos pietajes de Fritz Arno Wagner sobre escenas del ejército federal, y Canadá. Villa una vez más aparece en una película de la cual no salió librado a los ojos de la mirada norteamericana: La venganza de Pancho Villa fue hallada en las colecciones de los hermanos Padilla y que advierten la fuerte influencia del cine mudo para mostrar al público del cine mudo a un Villa audaz y feroz con altas motivaciones y el único en intervenir territorio norteamericano, un Villa que fue retratado por varias cámaras en un primer intento de reportaje de guerra, con pietajes de noticieros cinematográficos. Ese otro Villa sería sosegado y conminado a rendirse hasta terminar sus días ultimado en la hacienda de Canutillo en Durango.
En el momento en el que Rocha supone el desmoronamiento de su investigación sobre Los rollos perdidos de Pancho Villa, el general de la División del Norte emerge de cientos de películas de ficción que lejos de establecer los lugares comunes de su leyenda, complican la narrativa histórica y ejercen una tensión iconográfica profundamente rica y variopinta convirtiendo al cine como protagonista y fundamento del imaginario revolucionario que compartía Rocha con Jay Layda el editor cinematográfico de Serguei de Eisenstein. La verdad sostenida en la ficción, en el cine primigenio del montaje, en los descartes, en los fragmentos, en las historias manipuladas y ensambladas de la realidad. Estas múltiples operaciones sobre el personaje suponen una figura diluida en la plata de una tira cinematográfica que permaneció anónima y en el misterio hasta que Rocha pudo incidir en la diseminación y en la identificación de unos archivos que, aunque perdidos, quedarán como memoria para siempre.
Referencias:
1. De los Reyes, Aurelio, Con Villa en México, México, iie-unam, 1985.
2. Katz, Friedrich, Pancho Villa, México, Era, vol. 1, 1998.
3. De Orellana, Margarita, La mirada circular. El cine norteamericano de la revolución, 1911-1917, México, Joaquín Mortiz, 1991.
Gregorio Rocha Valverde
Nació en la Ciudad de México (1957). Se graduó como director en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, unam, en 1985. Desde entonces, desarrolla su práctica como director y productor en el campo del cine documental con una aproximación personal a temas relacionados con fronteras y la historia del cine primigenio. Gregorio Rocha también es curador e investigador. Fue profesor invitado en New York University y en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Con el proyecto Archivia (ahora “Anarchivia, AC”), asimismo impulsa la documentación, preservación y presentación del cine que los archivos convencionales han ignorado. Fue becario de la Fundación Rockefeller, la Fundación JS Guggenheim y miembro del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en México. Sus obras han sido mostradas y reconocidas en numerosas muestras y festivales internacionales.
Filmografía
a) Los rollos perdidos de Pancho Villa
Dirección: Gregorio Rocha Valverde
Producción: Héctor Mendoza
Guión: Gregorio Rocha Valverde
Fotografía: Gregorio Rocha Valverde
Edición: Craig Anderd, Bernice Ma.
Música: Horacio Uribe, Raymundo Salazar, Laudes Cinemudo.
Dirección de Arte: Gregorio Rocha Valverde
Compañía Productora: Archivia Films, Banff Center For The Arts, Universidad Autónoma de Guadalajara
País de producción: México
Año: 2003
Duración: 47 min.
b) The Life of General Villa
Dirección: Christy Cabanne y Raoul Walsh
Producción: Harry E. Aitken y David Wark Griffith
Guión: Frank E. Woods
Fotografía: Raoul Walsh
Reparto: Francisco Villa, Raoul Walsh, Eagle Eye, Walter Long, Spottiswoode Aitken, Mae Marsh, Robert Harron, Irene Hunt.
Género: Cine biográfico, acción, drama y documental
Silente
Productora: Mutual Film Corporation
Distribución: Mutual Film Corporation
País: Estados Unidos
Año: 1914
Estatus: Perdida.