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Se da a conocer el pliego petitorio del Consejo Nacional de Huelga durante el movimiento estudiantil de 1968

4 de agosto de 1968

El movimiento estudiantil de 1968, parteaguas en la historia de los movimientos sociales en nuestro país, vivió varios momentos clave en su devenir, aunque todos ellos de manera muy rápida si tomamos en cuenta que sólo duró unos pocos meses. Así, el 4 de agosto de ese año apareció el pliego petitorio a través del cual el Consejo Nacional de Huelga (cnh) dio a conocer tanto a las autoridades como al público en general, los objetivos alrededor de su lucha, documento que resultó de suma importancia para su crecimiento y difusión.

El cnh, órgano creado para coordinar todas las movilizaciones y protestas de los estudiantes, presentó al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz un pliego petitorio de seis puntos. En el documento se podía leer: "Los estudiantes exigimos a las autoridades correspondientes la solución inmediata de los siguientes puntos: libertad a los presos políticos; destitución de los generales Luis Cueto Ramírez y Raúl Mendiolea, así como también el teniente coronel Armando Frías; extinción del cuerpo de granaderos, instrumento directo de la represión y no creación de cuerpos semejantes; derogación del artículo 145 y 145 bis del Código Penal Federal (delito de disolución social), instrumentos jurídicos de la agresión; indemnización a las familias de los muertos y a los heridos que fueron víctimas de la agresión desde el viernes 26 de julio en adelante; y, deslindamiento de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades a través de policía, granaderos y Ejército."

A pesar de la determinación y del eco que este documento tuvo entre otros grupos sociales que apoyaron a los estudiantes, el gobierno nunca tuvo intenciones de negociar con ellos. Las peticiones no fueron escuchadas y durante el resto del mes continuaría la campaña de represión y difamación proveniente del Estado. Tampoco los estudiantes cederían y siguieron realizando movilizaciones, mítines, boteos y demás actividades por toda la ciudad. El final de esta historia se escribiría casi dos meses después en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco.