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Las zapatistas: el feminismo que nació en Chiapas

Las mujeres zapatistas son feministas. Desde hace más de tres décadas ya tenían muy clara la necesidad de luchar por la equidad ―eso que les da los mismos derechos que tienen los hombres― y la defendieron con ánimo revolucionario. Su primera contienda data de 1992, cuando tuvieron que exigir el derecho a tener sus propias demandas, ya que las búsquedas generales del zapatismo no cubrían todas sus necesidades, en especial porque los hombres no paren, ni cuidan. Ellas exigían igualdad de participación en las fuerzas armadas revolucionarias.

El primer reto fue salir de sus comunidades para hacer una consulta, a partir de la cual Ramona, Susana, Esther, Ana María y otras zapatistas lograron en 1993 configurar los 10 puntos de la Ley Revolucionaria de Mujeres, que comienza indicando que: “las mujeres sin importar su raza, credo, color o filiación política tienen derecho a participar en la lucha revolucionaria en el lugar y grado que su voluntad y capacidad determinen”. La ley defiende el derecho de todas a trabajar y recibir un salario justo, a decidir el número de hijos que desean tener y cuidar, a participar en los asuntos de la comunidad y ocupar cargos de dirección al interior del movimiento.

Por otro lado, la ley indica que las mujeres y sus hijos tienen derecho a atención primaria en su salud y alimentación y defiende el acceso a la educación; esto último se cumple cuando ellas aprenden a leer, escribir y hablar español y practican dichas habilidades al participar en asambleas y ejercer cargos rotativos.

Asimismo, las mujeres tienen derecho a elegir su pareja y a no ser obligadas a contraer matrimonio; ninguna puede ser maltratada físicamente y tanto la violación como su intento son severamente castigados. Con esto, sumado a la prohibición del alcohol en las comunidades autónomas, las zapatistas aseguran que nadie las mata, nadie las viola y nadie las maltrata.

Ellas han comprobado que la mejor forma de interpelar a otras es con la propia participación; por ello, realizan manifestaciones, encuentros y acciones diarias para cuidarse entre ellas y defenderse. Se han convertido en un referente para las feministas de México y del mundo, incluyendo a las lesbianas y trans. En esta colección Memórica. México, haz memoria recupera una serie de recursos que muestran esta lucha.