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Lord Kingsborough
Portadilla de Lord Kingsborough

Lord Kingsborough

Antigüedades de México de Lord Kingsborough

En 1831 se publicaron en Londres, Inglaterra, los siete primeros tomos de Antiquities of Mexico del aristócrata irlandés Edward King (1795-1837), conocido como Lord Kingsborough, y 18 años después aparecieron otros dos. Estos nueve tomos, muy voluminosos, son los que hoy presentamos como una de las colecciones bibliográficas digitalizadas de gran valor que se encuentran en Memórica.

Edward King no sólo les dedicó una parte importante de su vida sino que también gastó una enorme fortuna personal debido a su gran pasión por compilar, ordenar y publicar, para esta hermosa serie en folio, los manuscritos y documentos pictográficos del México Antiguo que se encontraban celosamente resguardados en las bibliotecas y archivos reales de Francia, Austria, Alemania, Italia e Inglaterra. También aquí publicó el informe y los dibujos de los vestigios arqueológicos de la Expedición Real Anticuaria hecha en el Reino de México por el capitán Dupaix. Los dibujos, obra de Castañeda, que acompañan al último tomo, fueron adquiridos a finales de 1824 por M. Latour Allard, quien los llevó a Francia.

Regresando a esta colosal publicación, las antiguas pictografías de los indígenas fueron cuidadosamente copiadas a color por el artista italiano Agostino Aglio, quien desde 1825 fue contratado por King y durante varios años se dedicó a elaborar los hermosos facsímiles de los códices que aparecieron en los tres primeros tomos, entre los que destacan los siguientes: Mendoza, Telleriano-Remensis, Borgia, Boturini, Bodley, Selden, Vaticano A Latino, Cospi, Fejérváry-Mayer, Humboldt y el Dresde. En los tomos iv y v aparecen las láminas con los objetos y monumentos arqueológicos de la Nueva España del capitán Guillermo Dupaix y de su dibujante Luciano de Castañeda, producto de sus trabajos de exploración realizados entre 1805 y 1808. Se cree que dichas láminas fueron hechas por Aglio a partir de copias obtenidas en Francia de M. Latour Allard y no de los originales. Se incluyeron los dibujos de las esculturas mexicanas que se encontraban en posesión de Allard en París y en la colección del Museo Británico, de las láminas del Giro del mundo de Gemelli Careri y un extracto de los Monumentos de América de Alexander von Humboldt. Y también se publicó el ya referido reporte arqueológico del capitán Dupaix y un documento de fray Bernardino de Sahagún.

En el tomo vi, Lord Kingsborough publicó en inglés sus comentarios sobre los códices acompañados con copiosas notas y utilizó una enorme cantidad de pasajes bíblicos para argumentar que los antiguos mexicanos eran descendientes directos de las siete tribus perdidas de Israel. Más allá de su enorme pasión por reunir y difundir todos estos documentos sobre el México Antiguo a partir de su publicación dentro de esta monumental obra, el hecho de poder comprobar la idea de que los antiguos hebreos en épocas muy tempranas colonizaron el Nuevo Mundo fue el motivo principal que lo animó a embarcarse en esta costosa empresa editorial en la que invirtió una gran parte de su riqueza y por la que contrajo una enorme cantidad de deudas que lo llevaron a la cárcel, donde pasó sus últimos días. No será hasta 1848, 11 años después de fallecido, cuando se editaron los últimos dos tomos de Antigüedades de México, que contienen los documentos redactados por los cronistas españoles y los historiadores indígenas de los siglos xvi y xvii.