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Se realizan las elecciones federales de 1988 y se cae el sistema de cómputo y la difusión de los resultados

6 de julio de 1988

Desde 1929 el Partido Revolucionario Institucional (pri) fue la única organización que había gobernado al país por años. Se estableció como el partido oficial echando a andar una maquinaria que lo ayudaba a mantenerse en el poder, limitando la vida democrática de los mexicanos, la participación de la oposición e incluso las formas de elección de sus candidatos. La sociedad comenzaba a mostrar inconformidades antes esta democracia simulada, por lo que surgieron organizaciones que trataron de recuperar los espacios cooptados por el pri.

Una de ellas fue el Frente Democrático Nacional que se presentó como una coalición de fuerzas de oposición. Este organismo respaldó la candidatura a la presidencia de Cuauhtémoc Cárdenas, personaje crítico a la política económica del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado y a los mecanismos de imposición del pri. El 6 de julio de 1988 se llevó a cabo la jornada electoral y todo parecía trascurrir con normalidad. Pero alrededor de las 8:30 de la noche se apagaron todas las computadoras de los representantes de los partidos políticos, a quienes se había ofrecido seguir paso a paso el proceso electoral, por primera vez en la historia del país. Dos horas antes la información había comenzado a escasear, sin embargo, al momento se sabía que Cárdenas registraba la mayor cantidad de votos a su favor. Cuando se recuperó el sistema de cómputo, se anunció que el candidato ganador era el priísta Carlos Salinas de Gortari. Toda esta situación hizo que los contendientes, Manuel Clouthier del Partido Acción Nacional (pan), Rosario Ibarra de Piedra del Partido Revolucionario de los Trabajadores (prt) y Cárdenas comenzaron las movilizaciones de protesta y los reclamos ante la “caída del sistema”. La tardanza en la respuesta de las autoridades electorales, sólo confirmaban a los involucrados y a la sociedad que la imparcialidad y la transparencia habían sido nulas en esta elección y que el fraude era un hecho consumado. A pesar de la llegada de Salinas al poder y de que las movilizaciones ciudadanas no tuvieron mayor efecto, este evento quitó la venda de los ojos a los mexicanos, y les hizo ver que su participación en la vida pública y su voto podría traer un cambio real en la política nacional.