Uno de los propósitos de la danza es plasmar el conocimiento acerca del universo, es decir, la existencia de ocho planetas y su movimiento alrededor del Sol. El danzante principal representa al Sol que, ejecutando giros, entabla un diálogo con los otros, que simbolizan a los cuerpos celestes. Asimismo, da a conocer el proceso de conquista y simula el enfrentamiento de dos bandos: el indígena, liderado por Moctezuma Xocoyotzin, en compañía de la Cihuapilli, dos teotiles, dos capitanes, dos reyes y el espía de Moctezuma; y el español, encabezado por Hernán Cortés, quien es acompañado por Malitzin, Pedro de Alvarado, un alférez, un paje y cinco soldados. Además de la confrontación entre mexicas y españoles, la coreografía alude a otros aspectos de la historia como, por ejemplo, la vida cotidiana en la época prehispánica; el recibimiento de Moctezuma a Cortés; la labor de traducción que realizó Marina, y el sincretismo cultural representado en el baile de los dos personajes femeninos (Malitzin y Cihuapilli).

El vestuario es una de características más llamativas de la danza, sobre todo la corona o el penacho, que mide aproximadamente un metro de alto por 80 centímetros de ancho y es elaborado por maestros artesanos del arte plumario con plumas de aves, de escobetilla o afelpadas de colores. Usan camisa de manta blanca y sobre ella una blusa de terciopelo adornada en los brazos con mascadas del mismo tono, el pantalón también de manta, compuesto de telas de diferentes matices, y por calzado usan huaraches, conocidos como cacles. La danza está compuesta de origen por 36 bailes, acompañados por el ritmo de tambores y flautas. Puede llegar a durar hasta tres días, con descansos de 30 minutos entre un son y otro.