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Guelaguetza: tradición y folclor
Portadilla de <p>Guelaguetza</p>

Guelaguetza

Tercer y cuarto lunes de julio

Esta expresión folclórica oaxaqueña se celebra en la capital del estado y su nombre hace referencia a la acción de cooperar entre los habitantes para llevar a cabo una actividad en conjunto. Se realiza cada tercer y cuarto lunes del mes de julio, excepto cuando éstos coinciden con el aniversario luctuoso de Benito Juárez; se celebra en este mes para que coincida con las festividades en honor a la Virgen del Carmen.

Los “Lunes del cerro”, como también se le conoce, muestran el amplio abanico de tradiciones de los pueblos de Oaxaca. En esta gran fiesta cultural se presentan bailables de las ocho regiones del estado: Cañada, Costa, Istmo, Mixteca, Papaloapan, Sierra Sur, Sierra Norte y Valles Centrales. Durante la presentación puede apreciarse la riqueza de la indumentaria indígena, escuchar la música típica interpretada por las bandas locales o ser testigos de las representaciones de costumbres como bodas y mayordomías. Cabe destacar que alrededor del cerro del Fortín, lugar donde se escenifica, se levanta una verbena popular para los asistentes, donde la comida oaxaqueña es uno de los protagonistas más destacados.

Esta colección muestra algunos de los sonidos característicos de la Guelaguetza; estos audios hacen referencia a la vendimia y a los bailables, como es el caso de la icónica Zandunga, de la región del Istmo, donde las mujeres se engalanan con sus trajes de terciopelo, encaje y ricos bordados de flores hechos a mano; mientras que otra grabación nos lleva al turno de las chinas oaxaqueñas, portadoras del júbilo de las calendas con su vestimenta de colores vivos y sus canastas enfloradas. Por otra parte, los huipiles que pueden observarse son clara muestra de la riqueza cultural de la región. Dos de ellos son mazatecos: uno de Soyaltepec y el otro de Huautla de Jiménez; uno más es chinanteco, proveniente de Usila, y se utiliza en ocasiones que ameritan gala. En conjunto, estos sonidos e imágenes nos transportan a una tradición llena de colores y alegría donde los oaxaqueños se unen y llevan por lo alto su identidad.