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Creaciones gráficas del mundo indígena
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Creaciones gráficas del mundo indígena

En la historia del arte mexicano el tema del universo indígena cobró fuerza tras el triunfo de la Revolución en las manos de los más grandes exponentes de la gráfica como Leopoldo Méndez, Adolfo Mexiac, Pablo O’Higgins, Alberto Beltrán y Óscar Frías.  Esta muestra da cuenta de obras en las que los artistas lograron capturar las características, emociones y sensaciones que evocan su realidad, por ello no están exentas de crítica social volcada en imágenes que evidencian la injusticia que han padecido a lo largo de los siglos y que se adivina en la mirada de cada uno de ellos.

Se trata de imágenes realizadas con base en un profundo respeto y admiración por el mundo indígena, para visibilizar su importancia en la sociedad mexicana y no olvidar los estragos sufridos por los descendientes de los pueblos originarios, que durante un largo periodo habían sido ignorados no sólo por los proyectos modernizadores anteriores al siglo xx, sino también en su representación artística. Prevalecen rostros con miradas cuyo dramatismo se acentúa en el blanco y negro de los grabados que aquí mostramos: un ejemplo de ello son los trabajos Indígena de Leopoldo Méndez, Campesina indígena de Pablo O’Higgins y Cabeza de indígena de Alberto Beltrán. Quienes decidieron colocar de perfil la figura y enfatizar las miradas que se antojan perdidas en el infinito, evocan para el espectador una manera única de ver, que surge de una cosmovisión contemplativa del entorno. Caso aparte son las piezas de Óscar Frías Músicos indígenas y de Adolfo Mexiac Oración indígena, quienes los representan ejerciendo actividades. En el primer caso se trata de dos hombres que se ganan la vida como músicos; pese a que solemos asociar la música a la alegría, sus rostros prevalecen casi inexpresivos, diríamos sombríos. Por último, la obra del maestro Mexiac muestra el sincretismo religioso a través de una oración en la que un hombre se inclina ante el altar poblado de velas y la mujer, con los brazos cruzados e hincada, mira con devoción al fondo de la ofrenda.