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Expresiones artísticas
Portadilla de <em>El Cancionero Popular</em> de Vanegas y Posada

El Cancionero Popular de Vanegas y Posada

Por la cantidad de un centavo en 1909 se podía obtener El Cancionero Popular; en esa primera hoja se explicaba su objetivo, que era divulgar las canciones “modernas, de actualidad” dedicadas a las “niñas que son tan lindas cual la plata”. El trazo de la gráfica es fruto del talentoso José Guadalupe Posada, y el impresor/editor fue Antonio Vanegas Arroyo, y juntos publicaron varios ejemplares que difundirían la música popular del momento. En el primero de estos cancioneros el artista recrea algunos instrumentos para ilustrar el título: podemos identificar un laúd, una pandereta, un violín y algunas partituras.

También observamos el dibujo de un individuo ataviado con una guitarra para acompañar la letra de Noche perpetua, canción que hace referencia a la búsqueda de la joven “Herminia amada”. En el número 3, en el que destaca la figura de una mujer cuyo rebozo cruza su pecho y que asumimos es la protagonista del corrido Tiburcia o la Estación de Morelos, se hace alusión a un logro importante del porfiriato: el ferrocarril, que pasa por un sinfín de lugares a los que Tiburcia debe “chula contemplar”, y en el 7 se da cuenta, en versos melódicos, del acontecer político prerrevolucionario; destacan en el título a los bandos moderados que buscan la presidencia: reyistas y corralistas, en clara alusión a los candidatos presidenciales de aquel lejano julio de 1909. En este caso, Posada decide ilustrar los textos con un músico que, de pie, sostiene su instrumento presto a entonar la composición.

Por otro lado, la letra de La Cajita, publicada en el Cancionero 8, hace referencia a “dos almas ya perdidas”: la madre y la novia de un infortunado hombre, y los recuerdos que de éstas conserva en el interior de una cajita dorada. En este caso el dibujo no representa el citado objeto, sino una pareja que pareciera estar en medio de una discusión. En la décima edición se promociona El amor en dirigible, invento famoso que surcaba los cielos del mundo de aquella época; el maestro decidió ilustrar esta hoja con una pareja sentada que posiblemente está planeando ir a observar tan prodigioso espectáculo. Lamentable imagen es la del ladrón sentenciado que es el tema del que se ocupa el número 17; la canción El destierro habla “de un hijo tan desgraciado” que narra sus desventuras al ser condenado: su imagen abatida y en uniforme lo describen visualmente. El último ejemplo que forma parte de la muestra es la edición 25, que curiosamente no cuenta con un dibujo, en el que sólo aparece el encabezado y las olas y ribetes como en todos los casos anteriores. De profunda nostalgia española presenta La jota Navarra y unos cuplés de la zarzuela El pájaro azul.