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“El Renacimiento”, revista literaria

Hoy, dentro del repositorio de Memórica, se tienen para su consulta algunos de los ejemplares de la primera y segunda épocas de El Renacimiento que se encuentran bajo la custodia de la Dirección General de Bibliotecas de la Secretaría de Cultura. Este semanario es considerado como una de las publicaciones más sobresalientes de la segunda mitad del siglo xix por la diversidad de ideas que se expresaban en poemas, ensayos, crónicas, reseñas, artículos científicos y de las artes.

El 2 de enero de 1869 salió a la luz pública el primer número de este semanario literario que fue fundado por Ignacio Manuel Altamirano y Gonzalo Esteva, en ese entonces funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que le otorgó el apoyo económico y la colaboración de más de 70 escritores de la capital y de la provincia mexicana pertenecientes a las diferentes corrientes políticas y literarias que en ese momento coexistieron en nuestro país. Ambos personajes dirigieron esta publicación hasta junio y sólo el segundo continuó bajo su dirección intelectual hasta el final de ese año. En esta primera época la revista fue bellamente ilustrada con litografías de Iriarte, Salazar, Lara y Debray y contó con traducciones al español de artículos en alemán, inglés y francés. Tenía un apartado sobre las “Crónicas de las semana”, textos de Altamirano, ensayos de crítica literaria de Francisco Pimentel y de José María Roa Bárcena, otros escritos sobre historia de Manuel Orozco y Berra, de arqueología de Alfredo Chavero, y de geografía de Eduardo Ruiz, por mencionar algunos. Incluyó la novelística del romanticismo de José T. Cuéllar, Gonzalo y Roberto Esteva, Santiago Sierra, Justo Sierra, y del mismo Altamirano, así como también la poesía romántica de José Rosas Moreno, Gertrudis Tenorio Zavala, Rita Cetina Gutiérrez, Manuel Acuña, Manuel M. Flores e Isabel Prieto, entre otros. La segunda etapa de El Renacimiento se inició en el año de 1894 y duró sólo un semestre. Fue ideada por Enrique Olavarría y Ferrari con el concurso de Luis González Obregón. Era un semanario diferente al de su primera época aunque compartió temas semejantes. Como su editor continuó Francisco Díaz de León y en la redacción de sus artículos principalmente de ciencia y arte participaron 134 escritores de todas las escuelas y modalidades literarias de esa época.