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Literatura e historia para niños: algunos ejemplos

¿Cómo atraer a niños y jóvenes al estudio de la historia? Los relatos de los familiares, visitas a museos y zonas arqueológicas, entre otras actividades culturales, son, sin duda, un primer acercamiento. En las escuelas del país, a través de los libros de texto se fomenta el conocimiento sobre el pasado, aunque por un tiempo se convirtieron en lecciones que debían memorizarse para realizar un examen y aprobar un curso. En la actualidad se busca generar recursos que atraigan de nuevo a niños y jóvenes a interesarse en la historia de México.

La historia de México es interesante y apasionante. Acercarla a jóvenes lectores es una labor difícil y compleja, que depende de los especialistas, pedagogos, maestros y familiares, lograr que la juventud encuentre atracción por los temas del pasado. La literatura infantil es una de las principales herramientas con las que contamos y, en la actualidad, este género se ha llevado al campo digital, lo que enriquece las lecturas para estos niños y adolescentes. Sin embargo, como se menciona antes, profesores, amigos y familia, así como un buen bibliotecario, son indispensables para orientarlos en la búsqueda de materiales adecuados para sus primeras investigaciones.

En Memórica, y gracias al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (inehrm), puede consultarse la serie “Biografías para niños”, donde se recupera la vida de los personajes del México colonial, de la Independencia de México y de la Revolución mexicana, entre otros. Estos materiales, en conjunto con los libros de texto de la Secretaría de Educación Pública (sep), son un complemento que permite a los jóvenes lectores aprender y construir su propia imagen del pasado a través de las letras. Además, gracias a la incorporación de materiales gráficos como la fotografía, la niñez mexicana puede elaborar su propio relato de tiempos pretéritos.