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Derecho de reunión
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Derecho de reunión

La brujería fue una práctica prohibida y perseguida por la Inquisición en la Nueva España. Fue realizada por hombres y mujeres, aunque cuando se trató de una actividad asociada al universo femenino tuvo una implicación teológica y una penalización jurídica más severa, por creencias de indocilidad.

La brujería fue considerada una expresión ritual y propiciatoria asociada al demonio que transgredía las principales reglas de la religión cristiana, particularmente aquellas que prohibían las formas de autoconocimiento y de creencia contrarias a una idea monoteísta del mundo. Estos rituales consistían en reuniones apartadas de la vista de las personas y solían tener un carácter vinculado a la naturaleza y a la magia. A estos cultos de propiciación también se les conocieron como aquelarres y se celebraban en determinadas condiciones de la noche, bajo influjos de pociones, hierbas y cantos. En algunas ceremonias de partería, curandería y adivinación, las hechiceras o curanderas dotaban de su conocimiento a otras mujeres que requerían atención, cuidados y acompañamientos específicos. Esta colección contiene varios documentos, entre ellos algunas causas inquisitoriales contra acusadas de brujería y hechicería, así como noticias contemporáneas sobre el tema, y estudios que permiten entender las razones por las cuales las mujeres fueron perseguidas en sus rituales, congregaciones y ceremonias.