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Transformaciones políticas
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La guerra del Yaqui en la fotografía de W. Roberts

De la fototeca Amalia Castillo Ledón, perteneciente a la  Dirección General del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, se reunió para Memórica una colección de fotos sobre la guerra del Yaqui. Estas imágenes son obra del aún muy poco conocido fotógrafo norteamericano W. Roberts, quien en el año de 1898 comenzó a residir en la ciudad de Hermosillo, Sonora, y en su céntrica calle de Don Luis número 78 estableció el Estudio Fotográfico de W. Roberts, que contaba con el más moderno equipo para este oficio.

Roberts no sólo concentró su trabajo en la fotografía de estudio, sino que gracias a los avances tecnológicos del siglo xix respecto a la movilidad de la cámara y los procesos de impresión de las imágenes pudo cubrir muchos otros eventos fuera de su taller. En estas fotos registró algunos acontecimientos y a personajes que activamente participaron en ese sangriento conflicto militar entre el Estado mexicano y la etnia indígena asentada en la región del Yaqui, en el sur de Sonora. Fue durante el mandato presidencial de Porfirio Díaz (1876-1911), cuando las tropas del Ejército nacional actuaron con la mayor violencia contra la rebelión de ese grupo étnico. Éstos se alzaron en armas ante la convocatoria que lanzó ese gobierno para que nuevos pobladores (blancos y mestizos) colonizaran sus tierras para hacerlas más fértiles y productivas. Para aplacar esa sublevación y se concretara con éxito el despojo de su codiciado territorio, las fuerzas militares federal y estatal pusieron en marcha como solución final el etnocidio y la persecución, captura y deportación forzada de los indígenas a la península de Yucatán. Allá, miles de hombres, mujeres y niños yaquis  fueron vendidos casi como esclavos, principalmente a las haciendas henequeneras que en esa época  necesitaban mano de obra barata. 

Como se puede apreciar en esta colección, Roberts tuvo la oportunidad de fotografiar en su estudio al jefe yaqui Luis Bule, que firmó en enero de 1909 una nueva paz con el Ejército federal para dar un pequeño respiro a su pueblo, que casi había sido exterminado durante esta larga guerra. También ahí retrató a los subjefes y a otros combatientes indígenas. En el exterior registró los campamentos, el campo de batalla y la estación de tren de Nogales. En esta última, los yaquis eran trasladados en los vagones de ferrocarril a las referidas haciendas, donde eran obligados a trabajar en condiciones infrahumanas. Se calcula que entre los años de 1907 y 1909, miles de ellos llegaron a Yucatán y años después solamente unos pocos fueron repatriados a Sonora y otros regresaron allá por su propia cuenta.